CASTILLA-LA MANCHA
Los concesionarios de coches piden otro Plan Renove para volver a rodar
El sector llegó a perder el 26,7% de su actividad en 2020 debido a la crisis del coronavirus
Son las 10.00 horas y el sol de primera hora de la mañana entra con su luz horizontal por los grandes ventanales de un concesionario de coches de Toledo. Tras el escaparate, los vehículos último modelo lucen más limpios y más nuevos que nunca. Aun así, últimamente son pocos los ojos que los contemplan. La pandemia del coronavirus ha dejado en las últimas semanas casi vacíos de clientes o posibles compradores estos espacios, donde las plantillas han menguado considerablemente durante este año, entre ERTE y reducciones de jornada, y los empleados están deseosos de vender.
Una situación que se refleja en los últimos datos publicados esta semana, que hablan a las claras del descenso en las ventas y en la actividad durante el 2020. Así, según los datos facilitados por la Federación Regional de Empresarios de Automoción de Castilla-La Mancha , el sector llegó a perder el 26,7% de negocio debido a la crisis económica y sanitaria provocada por la Covid-19. «La situación es muy complicada. De hecho, no se daba un mes de enero tan malo desde 1989. Enero siempre es malo, pero este año ha sido peor porque hemos estado casi todo el mes cerrados entre el temporal Filomena y la tercera ola de la pandemia, y encima ha subido el impuesto de matriculaciones y no hay Plan Renove», afirma a ABC la presidenta de la patronal regional del automóvil, María Ángeles Martínez , que aun así reconoce que en Castilla-La Mancha los datos no han sido tan malos como a nivel nacional.
En concreto, según informan, el sector de la distribución oficial en la región finalizó el 2020 con una reducción significativa en su facturación, de 1.310 millones de euros frente a los 1.788 del año 2019. Esto se traduce en una disminución de los concesionarios oficiales en Castilla-La Mancha, pasando de los 104 concesionarios que había en 2019 a 98 concesionarios en 2020, que dan empleo a 4.479 personas, mientras que a nivel nacional los concesionarios perdieron en 2020 el 19% de su negocio. En cuanto a las áreas de negocio, la más perjudicada fue la de vehículo usado, con una caída en su facturación de casi el 40% y, de la misma forma, la facturación del vehículo nuevo cayó un 23,7%.
Aun así, María Ángeles Martínez subraya que esta semana se ha producido un «ligero repunte» porque han abierto casi al completo tras un tiempo cerrados por las medidas adoptadas por el Gobierno. De hecho, destaca que los meses de noviembre y diciembre últimos fueron «muy buenos» en comparación con el resto del año. La explicación que da es que las ayudas del Plan Renove del Gobierno de España , aprobadas en julio, «se retrasaron y no comenzaron a llegar hasta finales del 2020». Además, en su opinión, «debido a esa tardanza, mucha gente se quedó sin poder pedirlo y hubo un 20% de los fondos pendientes y sin ejecutar, teniendo en cuenta que es necesaria la renovación del parque automovilístico, ya que el 45% de los vehículos tienen una antigüedad de en torno a los 13 o 14 años». Por todo ello, insistió, como hace el resto del sector, en un nuevo Plan Renove en 2021 para paliar los efectos de la crisis.
«Excesivas restricciones»
Otra de las quejas del sector automovilístico pasa también por las «excesivas restricciones» en las exposiciones de vehículos, con espacios que se limitaron a unos 300 metros cuadrados. «Lo más importante es la salud, pero necesitamos poder seguir trabajando con garantías y los concesionarios son espacios seguros», asegura Martínez. La también directora general de Bonilla Motor en Toledo destaca las ventajas que ha tenido en estos meses la venta «online», donde se ha adelantado muchísimo y se ha podido mantener la actividad con una «cierta normalidad», pero cree que «al final es complicado porque necesitamos hablar con los clientes y enseñarles los vehículos».
Desde la Federación Regional de Asociaciones de Empresarios de Automoción de Castilla-La Mancha se quiere recordar la importancia del servicio prestado en estos establecimientos y la garantía de ofrecer unas condiciones de seguridad en los mismos hacia sus clientes, tanto en la adquisición de vehículos como en la reparación de los mismos. Es por ello que la presidenta de la patronal regional del automóvil apuesta por «un plan que impulse al sector y pide medidas claras y concretas al Gobierno de España y a las distintas administraciones, medidas que sean fáciles de aplicar, sin letra pequeña, que permitan generar un sentimiento de confianza en los ciudadanos, tan necesario en estos momentos».
A juicio de Martínez, «se debe hacer hincapié en que las ventas de coches suponen un barómetro para valorar la situación económica de un país y de una región como es la castellano-manchega. De lo que pase hasta junio dependerá en gran medida que esta crisis coyuntural no se convierta en estructural, por lo que es necesario dar facilidades y ayudas directas a los concesionarios, para que puedan seguir invirtiendo en el futuro».
Por todo ello, desde la Federación Regional de Asociaciones de Empresarios de Automoción de Castilla-La Mancha se pide «no perder el tiempo y atajar retos a corto y largo plazo, siendo la actuación del Gobierno esencial en dicho objetivo, debiendo fomentar reformas estratégicas y activar la financiación procedente del Plan de Impulso de la Cadena de Valor de la Industria de la Automoción , así como la derivada de los Fondos Europeos Next Generation ».
Para que sirva como ejemplo, en la provincia de Toledo solo se han vendido 300 vehículos en lo que va de febrero. Esta es la cifra que ofrece Carlos Gómez, jefe de ventas de Tolcar, concesionario de Citroën en el área de servicio de la A-42 en Olías del Rey, municipio toledano donde hay un mayor número de estos negocios.
Gómez reconoce que «el mercado está flojísimo», pero dice que, en su caso, se están reinventando con ofertas para poder vender coches, «ya no cada semana, sino cada día». Entre ellas, cita que el concesionario se hace cargo de pagar el impuesto de matriculación. «El cliente está, cada vez, más informado y hay que satisfacer sus deseos y prioridades», señala.
«Esto es un desastre», asegura a ABC Sergio Viñarás, director del Grupo Viñarás Toledo , que da empleo a unas 150 personas, de las cuales casi un tercio trabaja en el departamento de ventas y ahora están trabajando a medio gas. Tras tener cerrado durante un tiempo su espacio de exposición de vehículos, el responsable de esta compañía se queja de las restricciones.
«Es absurdo que yo pueda ir a cortarme el pelo, pero no poder abrir un concesionario», se queja Sergio Viñarás, que en cualquier caso cree que «la mejor ayuda es que la gente se vacune y esté inmunizada para poder seguir comprando coches».
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