Castilla-La Mancha

Carmen Quintanilla: «Es posible romper el silencio de la violencia en el ámbito rural»

Ha dedicado su vida a defender los derechos de las mujeres. Ahora quiere ayudar a acabar con este problema a través de la sensibilización y formación

La presidenta nacional de Afammer, Carmen Quintanilla ofrece apoyo a las mujeres maltratadas ABC
Francisca Ramírez

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La presidenta de la Asociación de Familias y Mujeres Rurales (Afammer), Carmen Quintanilla (Ciudad Real, 1954) , es una persona inquieta y sensibilizada con los problemas que afectan a los colectivos más vulnerables. Desde su posición, Carmen lleva 40 años trabajando por las mujeres rurales de España. Tras dejar la política, centra su esfuerzo en fomentar proyectos de igualdad. En ese camino solidario quiere contribuir a acabar con la violencia de género en el medio rural.

Hablamos con Carmen Quintanilla acerca de las iniciativas que desde Afammer han promovido para apoyar a las mujeres maltratadas y que según los datos ofrecidos por esta asociación, un 67 por ciento de las mujeres víctimas de violencia de género ha logrado salir adelante y construir una nueva vida en libertad con sus hijos. «Romper el silencio en torno a la violencia machista es mucho más difícil en los pequeños pueblos», señala, para aclarar que de las víctimas que han denunciado, muy pocas son de pueblos de menos de 2.000 habitantes, frente a más del 83 por ciento que lo verbalizan en un municipio de más de 10.000 habitantes.

¿A qué atribuye que se produzcan menos denuncias de este tipo en los pueblos más pequeños?

Creo que hay una palabra que abarca todo: miedo por el que dirán. Las mujeres no denuncian por vergüenza, por inseguridad, porque piensan ¿qué va a ser de mis hijos y de mí?. O por no dar un disgusto a su madre. Son un cúmulo de situaciones que envuelven a este entorno rural. La asistencia a las mujeres víctimas de la violencia de género está muy lejos de ser un servicio público. No pueden acudir a ese cuartel de la Guardia Civil donde saben que las atienden maravillosamente porque todo el mundo se conoce y ese «que dirán» produce miedo e inseguridad.

Es una situación muy difícil para ellas. ¿Qué ocurre tras la denuncia?

Si logra denunciar, luego viene la pregunta: ¿cómo voy a salir al día siguiente adelante?. Esa mujer depende económicamente del maltratador y muchas veces le disculpa. Y no solamente porque dependa de él, sino porque ellas no pueden entender que con esa persona a la que unió su vida, llena de ilusión y enamorada, ahora es su verdugo. Por eso, muchas veces le disculpa.

Entonces, ¿hay que incidir en la formación para acabar con este problema que causa tanto dolor?

Creo que es importante la formación. Nosotros lo hacemos en toda España, impartiendo charlas, jornadas, pero no solamente con las mujeres, también en los colegios e institutos. Es muy importante llegar a la conciencia social para que haya un cambio de mentalidad. Hay que cuidar a esos niños que son el futuro. Es muy importante esta formación para que conozcan a dónde tienen que acudir y que sepan que hay resortes y medios institucionales a través de las administraciones, de las asociaciones y del movimiento asociativo que se han creado para apoyarlas. Siempre digo que una vida de maltrato es una vida perdida.

¿Desde Afammer qué iniciativas han puesto en marcha?

En el año 2018 hicimos una infografía que tiene cinco mensajes directos: «empléate», «confía en el personal sanitario», «déjate asesorar», «denuncia» y «protégete», porque nosotros creemos que hay salida contra la violencia de género. Por ejemplo, en empléate queremos ayudarles a que encuentren una salida laboral que les proporcione independencia económica. A través de los cursos de formación que impartimos en Afammer, el 74 por ciento de las mujeres ha conseguido un puesto de trabajo.

¿Qué otras iniciativas están reclamando desde Afammer?

Estamos pidiendo que se habilite en los pueblos una oficina de asistencia judicial porque en muchas ocasiones esos juzgados de paz que existen en muchos pueblos de España no asisten de la manera más eficiente a estas mujeres que están sufriendo tanto dolor.

¿Cree que las instituciones deben unirse para acabar con este problema?

Para acabar con la violencia de género es fundamental el consenso de todos los agentes sociales y la administración. Y hacer un seguimiento de las víctimas, para poner en marcha medidas que hagan posible romper el círculo de maltrato. Queremos decirle a las mujeres que es fundamental que denuncien, que pidan asesoramiento jurídico, que es gratuito. Hay muchas instituciones que trabajamos para acabar con esta lacra social.

Finalmente, ¿qué son los puntos violeta?

La Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural y EngrApp han puesto a disposición de los ayuntamientos de toda España la aplicación Puntos Violeta, una plataforma de geolocalización rápida de puntos seguros donde las mujeres pueden acudir si sufren agresiones. A través de la aplicación ofrecemos asesoramiento específico para las mujeres del medio rural y les ponemos en contacto con un abogado, les ofrecemos atención telefónica para que sepan que hay salida, hay futuro y que las vamos a acompañar.

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