Castilla-La Mancha, en busca de emprendedores para luchar contra la despoblación

El programa ‘Holapueblo’ ayuda a 19 municipios a buscar nuevos negocios y habitantes. Entre ellos, destaca el caso de Tragacete (Cuenca)

Vista del pueblo de Tragacete (Cuenca), con 250 habitantes, en la Serranía Conquense
Mariano Cebrián

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Doscientos euros valen lo mismo en Madrid que en Tragacete (Cuenca). Sin embargo, esa cantidad de dinero no tiene el mismo valor si se tiene en cuenta el coste de la vida en cada uno de estos dos lugares. Ese es el precio que en la capital de España le pedían a Emilio Ferrández por alquilar mensualmente un trastero, mientras que en la localidad conquense paga el alquiler de un mes de su vivienda y de un local para desarrollar su trabajo.

Pero, ¿qué llevó hace menos de un año a Emilio Ferrández a este pueblo de unos 250 habitantes de la Serranía Conquense? La respuesta se encuentra en ‘ Holapueblo ’, una plataforma cuyo propósito es conectar a personas interesadas en instalarse en el medio rural e implantar su proyecto de emprendimiento con pueblos que buscan nuevos habitantes. Este programa, que se inició en 2020 y este año ya va por su segunda edición, cuenta con el apoyo del Grupo Red Eléctrica, Correos y AlmaNatura , y fue el que llevó a este emprendedor a instalarse allí.

La historia de Emilio y de Tragacete no son una excepción, ya que un total de 19 pueblos de Castilla-La Mancha se han interesado para resolver sus problemas de despoblación mediante este programa en su segunda edición. En esta ocasión, han participado 70 municipios de 24 provincias de España, con unas 1.600 solicitudes, bastantes más que en 2020, tal y como relata a ABC Antonio Calvo , director de Sostenibilidad del Grupo Red Eléctrica, compañía que busca soluciones para el medio rural.

En el caso de Castilla-La Mancha, destacan las provincias de Cuenca y Guadalajara, como no podía ser de otro modo, por ser las más castigadas por la pérdida de habitantes. En concreto, en esta convocatoria se han inscrito en ‘Holapueblo’ los municipios de Ayna, en Albacete; Almedina, El Hoyo-Mestanza y San Benito, en Ciudad Real; Albalate de Zorita, Alcocer, Congostrina, Mandayona, Trillo y Villanueva de Alcorón, en Guadalajara y, por último, Cardente, Castillo de Garcimuñoz, Cervera del Llano, Mira, Salvacañete, Santa María del Campo Rus, Torrejoncillo del Rey, Vara del Rey y Tragacete, en Cuenca.

Emilio y Elena, matrimonio responsable del proyecto ‘Northern Traders’, en Tragacete

Llama la atención el caso de esta última localidad, Tragacete, con varios proyectos emprendedores, como el de Emilio Ferrández, cuya empresa se llama ‘ Northern Traders ’ y que nació como resultado de su pasión por el medievo, la artesanía y la tradición, especialmente del mundo vikingo. Este negocio, según explica su propietario, conjuga una tienda física y online con un taller para enseñar cómo elaboran piezas únicas y réplicas de objetos históricos.

Si uno se fija en las ventas que tienen, parece que no les va nada mal, pues sus productos se venden en todo el mundo, sobre todo en Estados Unidos, Francia, Alemania y Gran Bretaña, aunque menos en España. «Todo empezó porque soy muy aficionado a la recreación histórica», reconoce a ABC este emprendedor de 39 años, que cuando vivía en Madrid compaginaba este hobby en forma de tienda online con su profesión de ingeniero.

Sin embargo, debido al poco tiempo que tenía para desarrollar este proyecto que tenía en mente y porque casi no veía a su mujer, Elena Sáiz —psicóloga de profesión—, nada más que para cenar, entre ambos decidieron dar un giro de 180 grados en sus vidas. Así fue cómo esta pareja comenzó la búsqueda de un lugar en el medio rural para hacer realidad sus sueños.

Tras una primera intentona fallida en un pueblo de Segovia, en enero de 2020 conocieron ‘Holapueblo’ y mandaron una solicitud para acogerse a este programa. «El primer paso era encontrar un alquiler económico para que los números cuadrasen y un espacio grande para poder desarrollar mi proyecto», señala el responsable de ‘Northern Traders’, que también apunta que buscaban un pueblo que contará con un centro de salud, una farmacia y otros servicios básicos.

Después de barajar varias localidades, la opción de Tragacete cogió fuerza. «Cuando lo visitamos fue un flechazo a primera vista porque el entorno natural es maravilloso, rodeado de bosques y montañas», afirma este emprendedor, que subraya también que el joven equipo de gobierno tuvo mucho que ver y el alcalde se volcó con ellos. De hecho, el regidor tragacetero, Diego Yuste , siempre muy activo para intentar vida al municipio, admite que es un «cambio complicado». «Pero es un cambio necesario y hay que probar este modo de vida. La persona que cambia de vida aquí se queda».

Otro punto a favor que le llevó a asentarse en Tragacete es que su mujer tiene familia y raíces conquenses y a él le pilla cerca su pequeña patria valenciana, de donde es originario. Elena puso en marcha también cuando llegó otro proyecto, PlanB ResiduoCero , con el que vendía productos que no generaban residuos y respetuosos con el medio ambiente, pero cerró hace un mes. Ahora, ambos se dedican en cuerpo y alma a ‘Northern Traders’ porque, a su juicio, «la mejor forma de garantizar el éxito es aunar fuerzas».

Llega la fibra óptica

«En un pueblo como este se vive más relajado», asegura este emprendedor, que, sin embargo, cree que «a veces se idealiza la vida en el medio rural». De este modo, cita algunas desventajas propias de los pueblos, como la falta de ocio o las malas comunicaciones, aunque pronto ya dispondrán de fibra óptica. Incluso, las inclemencias del tiempo, como en el caso de Tragacete, pues Emilio recuerda divertido cómo algunos vecinos le avisaron el pasado invierno, justo antes de la borrasca Filomena, de la dureza del frío y la nieve en la Serranía Conquense . «Si aguantas este invierno, ya puedes aguantar lo que sea», dice riéndose que le comentaban. Y así fue.

De hecho, esta pareja tiene intención de quedarse por muchos años más en Tragacete, donde han tenido una muy buena acogida y donde resaltan el «sentimiento de comunidad» que ha surgido entre los vecinos y los nuevos repobladores que llegan. Otro caso parecido es el de Mercedes y Esteban, una pareja de argentinos que lleva en el pueblo desde febrero de este año gracias al programa ‘Holapueblo’.

Visita del vicepresidente de la Junta, José Luis Martínez Guijarro, a ‘Cardosanto’

Cardosanto ’ es el nombre de su negocio, en el que combinan una tienda con un taller de calzado artesano de cuero, con el que colaboran con ‘Northern Traders’ en la recreación de zapatos históricos de otras épocas y culturas, como la vikinga. Hasta Tragacete llegaron desde Santa Fe (Argentina) junto con sus dos hijos, de 8 y 10 años, para comenzar un nuevo proyecto de vida. «Teníamos en mente venir a España desde hace tiempo porque tenemos orígenes españoles y por una cuestión de seguridad, que se ha acentuado debido a la pandemia», asegura Mercedes.

Así es cómo conocieron a AlmaNatura, otro de los pilares del programa ‘Holapueblo’, puesto que estaban interesados en instalarse en una zona despoblada. La primera idea que presentaron fue un club o escuela de tiro con arco, que ya tenían proyectado en Argentina, pero en 2020 se quedaron fuera por la pandemia. Viendo la disponibilidad y las facilidades que daba el Ayuntamiento de Tragacete , se decantaron por este pueblo y en esta segunda edición pusieron en marcha ‘Cardosanto’, aunque esperan poder poner en marcha también su primer proyecto en septiembre.

«Queremos que nuestros hijos crezcan en contacto con la naturaleza», reconoce Mercedes, que comparte este mismo sentimiento con otro compatriota suyo, Rodolfo, ingeniero mecánico de 39 años que, aunque lleva desde 2015 en España, ahora ha abierto junto con su mujer, Andrea, una tienda con taller de juguetes artesanos de madera en Tragacete. «Aquí descubrí un paraíso de la madera. Nosotros mismos recogemos la madera en el bosque y otras las compramos al comercio local. Tratamos de que los juguetes tengan sentido y puedan generar un aprendizaje en los niños», cuenta a ABC el propietario de ‘ Carpintoys ’, que es como se llama su negocio.

Juguetes de madera ‘Carpintoys’, en un taller celebrado en Tragacete

Al igual que su paisanos argentinos en Tragacete, esta pareja también tenía en mente otro proyecto de una casa rural con  restaurante y huerto para ofrecer comida sana, pero por culpa del coronavirus y por otros factores ha quedado aparcado. De este modo, es cómo comenzaron a dar forma a sus juguetes, que venden en la página web que ellos mismos crearon.

Dentro de su oferta, destaca su «balance board» hecho con madera, que Rodolfo ideó por su afición al deporte del surf que practicaba en la ciudad costera de la provincia de Buenos Aires de donde procede. Un juguete que su hija de tres años aprenderá a utilizar seguramente en Tragacete, donde parece que echará raíces, como los árboles que sirven de materia prima para ‘Carpintoys’.

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