VENDIMIA EN CASTILLA-LA MANCHA

Asaja pide una normativa estricta para asegurar la calidad, ante la escasez de uva

La organización agraria prevé que la cosecha caiga un 40% por la sequía, sin superar los 21 hectolitros de vino

Fernando Villena, presidente de Asaja, junto a Arturo Serrano, secretario general técnico H. Fraile
Mariano Cebrián

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Como cada año por estas fechas, hay un tema que se convierte casi en una costumbre que ya casi es una tradición, al igual que la canción del verano. Esa es la rueda de prensa de la organización agraria Asaja en Castilla-La Mancha para dar sus previsiones de cara a la campaña de vendimia que acaba de empezar.

Y, al igual que el año pasado el tema fue la acusación a algunas bodegas de usar la chaptalización —técnica de azucarado aplicada al proceso de elaboración de vino para aumentar su graduación alcohólica—, este verano el temor a que haya bodegas que mezclen el vino del año pasado, de peor calidad, con el que se produzca esta campaña , donde se espera una cosecha más baja de uva, es lo que ha centrado la rueda de prensa que ayer ofreció el presidente de Asaja en Castilla-La Mancha, Fernando Villena, junto con Arturo Serrano, secretario general técnico.

Villena adelantó que la cosecha de uva de este año será «excepcional en cuanto a calidad, por lo que no tendrá nada que ver con la del año anterior». Así, la cosecha de este año tendrá unos dos grados más de alcohol que la del pasado, por lo que los vinos serán «más apreciados» por el mercado. Y, en cuanto a cantidad, esta campaña supondrá un 40% menos que la anterior, entre 19 y 21 millones de hectolitros.

Es por eso que desde la organización han pedido al Ministerio de Agricultura una normativa de estabilización y trazabilidad de la uva con «duras penas» para atajar estos problemas. Para ello, con un stock de 12 millones y medio de hectolitros en las bodegas castellano-manchegas, piden a la Administración que lleve a cabo muestreos para detectar esta serie de problemas y evitar que el vino llegue al mercado, con lo que ellos consideran que se produciría «un fraude al consumidor, ya que en el etiquetado de una botella aparece el año de cosecha y puede que no sea del todo cierto».

30 céntimos por kilogramo

Pero, el principal temor de Asaja está relacionado con la fijación de los precios de la uva, «partiendo de que los agricultores deberían percibir 30 céntimos de euro por kilogramo para no perder dinero. No se puede vender por debajo de los costes de producción» , manifestó su presidente. Según la organización agraria, no hay una hoja de ruta que recoja los criterios que deben priorizar la compraventa. Si se debe pagar la uva en base a la calidad o a la cantidad. «Si hay que pagar las uvas por calidad, la cosecha tiene calidad. Yo ya no digo que tenga que valer el doble», señaló Villena, que sí reclama el precio de las uvas del año pasado en vendimia.

Las llamadas tablillas del precio de las uvas empezarán a publicarse a principios de septiembre, una vez haya entrado en bodega el 25% de la cosecha. En este sentido, Asaja cree que para cubrir los costes de producción lo ideal es que se llegara a 10.000 o 12.000 kilos a 30 céntimos de euros el kilo de la uva , ya que que oscilan entre 3.200 euros por hectárea y 1.100 dependiendo de si la viña es en espaldera, en vaso o secano.

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