XXV ANIVERSARIO DE ABC EN TOLEDO
25 años disfrutando de los maestros del toreo
La fiestas de los municipios toledanos no se entienden sin los toros, tan unidos a las celebraciones como los fuegos artificiales o las verbenas
El dato habla por sí solo: Toledo es la segunda provincia de España en la que más festejos taurinos se celebran (sin contar los populares). Tanto es así que en la mayoría de los municipios, las fiestas no se entienden sin los toros, tan unidos a las celebraciones como los fuegos artificiales o las verbenas.
La capital provincial tiene una plaza de toros que este año cumple 150 años y ABC «solo» ha sido testigo de una sexta parte de su historia. Sin embargo, en los últimos 25 años la plaza toledana ha pasado por, al menos, cuatro etapas. Si se mira atrás en el tiempo, surge una primera conclusión: hace un cuarto de siglo, la presencia de los toros en la ciudad era mucho mayo r. En 1991, por ejemplo, hubo nueve festejos: tres festivales, tres novilladas, uno de rejones y dos corridas. En años sucesivos, la estructura de la temporada taurina en la ciudad fue similar.
La segunda etapa coincide con un cambio en la empresa que gestiona la plaza: en el 2000 llega Toros Toledo S. L. y decide que los festejos se deben concentrar en torno al Corpus. Se elimina la tradición de dar toros en Semana Santa y se organiza la I Feria Taurina Corpus Christi, que consta de tres corridas y una de rejones. Joselito, José Tomás y Morante de la Puebla con toros de Guadalest fue el primer carte de aquella feria.
La importancia del Corpus va en detrimento de las ferias de agosto, cuya presencia taurina se redujo al mínimo. El culmen de esta segunda etapa se vive en 2002 cuando la III Feria Taurina Corpus Christi se presenta con cinco corridas, una de ellas mixta . Además, dos semanas más tarde hubo otra corrida.
Vacas gordas y esqueléticas
A partir de 2004 se inicia una tercera etapa en la plaza. De la época de vacas gordas se pasó a las vacas casi esqueléticas. Los festejos del Corpus se fueron reduciendo, mientras que las fechas de Semana Santa y las ferias de agosto tampoco remontaron. Precisamente, porque la temporada se había agrupado en torno al Corpus. Si a ello se le suma la crisis económica, el resultado es que en 2013 los toros estaban heridos de muerte en Toledo, con una plaza cada vez más vacía. Además, también ese año, por primera vez no hubo festejos taurinos en agosto (y ya no los ha vuelto a haber) .
Sin embargo, y cuando todo parecía ir en una irremediable cuesta abajo, desde 2014 la plaza vive otra etapa, mucho más positiva que la anterior. Otra vez el cambio de ciclo tuvo que ver con un cambio en la empresa: llegó Taurino Manchega y su estrategia para relanzar Toledo fue apostar por la calidad en vez de por la cantidad de festejos.
La afición vuelve a la plaza
De momento, en sus tres primeras temporadas al frente de la gestión, la empresa solo ha programado una corrida para el día del Corpus con toreros de primer nivel (este año está previsto que se dé otra corrida para celebrar el 150 aniversario), y los resultados avalan esta apuesta: se ha logrado que el público regrese a la plaza y llene los tendidos.
A este renacer de la afición también ha ayudado Álvaro Lorenzo , el primer torero nacido en la ciudad con posibilidades reales de ser figura. Lorenzo tomó la alternativa hace apenas un mes en Nimes (Francia) y después toreó en el Corpus toledano. A sus 20 años, es una de las grandes promesas del escalafón.
Al margen del Corpus, en los últimos años la plaza de Toledo ha celebrado el tradicional festival, que organizan los hermanos y ganaderos Sánchez de León, a beneficio de los niños con cáncer o espectáculos esporádicos como, por ejemplo, la final del concurso «Soy Novillero» de Castilla-La Mancha Televisión.
Por primera vez, un torero nacido en la ciudad tiene posibilidades de ser figura. Su nombre: Álvaro Lorenzo
En definitiva, que son muchas las cosas que han cambiado en estos últimos 25 años, pero hay una que permanece inalterable: la plaza toledana sigue teniendo 365 propietarios , como desde hace 150 años. Una peculiaridad quizás única en el mundo.
Por otro lado, la plaza de toros de Talavera es un poco más joven (tiene 126 años de historia) que la de Toledo, aunque su apodo de «La Caprichosa» es bastante más reciente. En un libro, Tiburcio Serrano Labrador cuenta cómo surgió: «El origen del nombre se debe a que Antonio González Vera (el propietario entonces) realizó unas grandes reformas en 1958» y desde ahí «muchos aficionados locales» empezaron a llamarla «La Caprichosa».
La plaza talaverana irá siempre ligada a uno de los acontecimientos más famosos de la tauromaquia: la muerte en su ruedo de Joselito, ocurrida el 16 de mayo de 1920. El cortejo fúnebre de «Gallito» lo presenció un crío llamado Emiliano de la Casa, que con el tiempo se convirtió en «Morenito de Talavera», el torero más importante que ha dado la ciudad . Otro al que la afición tiene un gran cariño es Raúl Sánchez, «El Legionario», un torero que destacó por su apabullante valor.
El 15 de mayo del año pasado, la plaza volvió a ser noticia nacional por un suceso que pudo acabar de manera trágica: un novillo se escapó de los corrales, se paseó por las calles de la ciudad e hirió a once personas (una de ellas corneada) hasta que fue atropellado y abatido por un coche de la policía en el puente del Príncipe. Un año después, aún se desconoce cómo el novillo pudo salir de la plaza.
El año pasado, en Talavera, un novillo se escapó de los corrales, se paseó por las calles e hirió a 11 personas hasta que fue abatido
En la actualidad, una comisión de investigación impulsada por los grupos políticos de la oposición trata de clarificar si el Gobierno local del PP ha cometido alguna irregularidad después de que un informe de la Inspección Técnica de Edificios alertara de que la plaza tiene graves deficiencias. Mientras llegan las conclusiones, la plaza de toros (su actual propietario es Evaristo Olcina) se ha abierto a otros usos no taurinos: en verano, por ejemplo, se convierte en una terraza-discoteca.
Fuera de Talavera, el gran referente de la provincia es Villaseca de la Sagra. Recién llegado a la Alcaldía, Jesús Hijosa, gran aficionado a los toros, creó el «Alfarero de Oro», un certamen de novilladas que con el tiempo se ha convertido en referencia nacional. En 16 años, por Villaseca han pasado Alejandro Talavante, Alberto López Simón o Andrés Roca Rey , toreros hoy de primer nivel. Además, la presencia de los toros en el pueblo es cada vez mayor: hace tres años inauguraron una plaza de toros donde desembocan sus famosos encierros y también se celebra el «Alfarero de Plata», un concurso para novilleros sin picadores.
Pueblos con torero
En la provincia son muchos los pueblos que pueden presumir de torero. Entre los que siguen en activo o, al menos, están vivos: David Mora vive en Borox; Eugenio de Mora hace publicidad de su municipio cada vez que se anuncia en los carteles; Cristian Escribano se siente de Esquivias; Gómez del Pilar es de Cedillo del Condado; José Luis Triviño, de La Puebla de Montalbán; Raquel Sánchez, una de las pocas mujeres torero de la historia, de Madridejos; «Niño de la Taurina», de Santa Olalla, como el maestro Gregorio Sánchez, y de Alameda de la Sagra Gregorio Lalanda, como Pablo Lozano y sus tres hermanos, tan relacionados con la tauromaquia.
Entre los que ya han muerto destacan Vicente Punzón, de Consuegra, un diestro de impresionante valor al que las cornadas frenaron su carrera;y, sobre todo, Domingo Ortega , de Borox, probablemente el mejor torero que ha dado la provincia, que estuvo en activo desde principios de la década de los 30 hasta mediados de los 50.
También se podría mencionar a Domingo Dominguín, de Quismondo, torero y padre de toreros; a Félix Almagro, de Torrijos, que murió de una cornada en el cuello; y a los hermanos Mariano y Pedro Montes, de Portillo de Toledo, a los que su profesión igualmente les costó la vida.
Por otro lado, a falta de un torero, hay otros pueblos que presumen de plaza. Un ejemplo es Illescas, cuya cubierta se inauguró en 2007 y es la más moderna de la provincia. El orgullo de Orgaz, en cambio, es su plaza centenaria, que data de 1904 y que el año pasado, después de 12 años sin toros, se reformó y se volvió a reinaugurar.
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