El Rey viaja este miércoles a la toma de posesión del nuevo presidente de Portugal

Es el primer desplazamiento al exterior de Don Felipe con un Gobierno en funciones y coincide en la fecha con la visita anulada al Reino Unido

Don Felipe tiene despejada su agenda, al no iniciar nuevas consultas, para poder viajar a Lisboa CASA DEL REY

ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS

El Rey viajará este miércoles a Lisboa para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. Zarzuela anunció este viaje poco después de que Don Felipe comunicara que no iba a convocar una nueva ronda de consultas con los partidos políticos para proponer un nuevo candidato a presidente del Gobierno. Esta decisión ha dejado su agenda libre de compromisos para poder asistir a la toma de posesión del presidente de un país clave para España.

Se trata del primer desplazamiento de Don Felipe al exterior con un Gobierno en funciones, después de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy haya suspendido dos visitas, la primera a Arabia Saudí y la segunda al Reino Unido. Además, se da la circunstancia de que este viaje a Lisboa coincide en la fecha con la visita cancelada a Londres, que inicialmente estaba prevista para los días 8 y 9 de marzo.

En esta ocasión, el Rey sí viajará a Lisboa porque se trata de una invitación personal de un Jefe de Estado a otro Jefe de Estado . Las visitas de Estado, sin embargo, son competencia del Gobierno, de quien depende la política exterior, y el Ejecutivo de Rajoy optó por suspenderlas, lo que no agradó a los países anfitriones. Existen precedentes de viajes oficiales con Gobiernos en funciones , como la visita de Estado que realizaron Don Juan Carlos y Doña Sofía a Irlanda en junio de 1986 o la visita del Rey a la OTAN en marzo de 1996, entre otros.

A diferencia del viaje a Londres, el que el Rey realizará a Lisboa será muy breve, ya que en principio está previsto que asista en la mañana del miércoles a la toma de posesión del nuevo presidente de la República y, tras almorzar, regrese a Madrid. Además, la asistencia a este acto se ha podido decidir con muy poca antelación , mientras que la visita de Estado a Londres, que exigía grandes preparativos, tenía que ser confirmada o anulada con varias semanas de anticipación, cuando aún no se sabía si en las fechas previstas el Rey tendría que estar celebrando una ronda de consultas o el Congreso podría estar votando una nueva investidura.

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