El Rey llama a Puigdemont para transmitir las condolencias por el accidente de autobús

Don Felipe y Doña Letizia han enviado su apoyo a las familias de los fallecidos y los heridos

Don Felipe y Carles Puigdemont, el pasado 21 de febrero en Barcelona EFE

ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS

Los Reyes han trasladado su pesar y solidaridad a las víctimas del accidente de autobús registrado en la mañana de este domingo en Tarragona en el que han perdido la vida trece personas. Don Felipe y Doña Letizia han transmitido este mensaje a través de la cuenta de Twitter de la Casa del Rey: «Nuestros sentimientos y apoyo a las familias de las víctimas y heridos del accidente de autocar en la AP-7, en Freginals».

Con este motivo, el Rey ha llamado por teléfono al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para trasladarle el pesar de la Familia Real y manifestarle su preocupación por los heridos, además de interesarse por las tareas de rescate que se estuvieron llevando horas después del siniestro.

Estas dolorosas circunstancias han motivado que Don Felipe llamara a Puigdemont como ha hecho con los presidentes de otras Comunidades autónomas cuando se han registrado tragedias en sus respectivas regiones. Las relaciones entre La Zarzuela y el nuevo presidente de la Generalitat no empezaron con muy buen pie porque estuvieron marcadas, desde el principio, por la hostilidad de las nuevas autoridades separatistas catalanas.

La nueva presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, terminó el discurso de su toma de posesión con un «¡Viva la República catalana!». Y el nuevo presidente de la Generalitat prometió el cargo sin aludir a la promesa o juramento de «lealtad al Rey y a la Constitución» que es preceptiva según se establece en el la Ley Orgánica de Régimen Electoral General.

El único contacto personal que han mantenido hasta ahora el Rey y el presidente de la Generalitat tuvo lugar el pasado 21 de febrero cuando ambos asistieron a la cena de bienvenida a los organizadores del Congreso Mundial del Móvil, que se celebró en Barcelona. Aquel encuentro, en el que se escenificó la cordialidad institucional, sirvió para romper el hielo.

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