V ANIVERSARIO DE LA ABDICACIÓN
El Rey que hizo realidad lo que parecía imposible
Don Juan Carlos restauró la Monarquía, trajo la democracia y propició la etapa más larga de paz y prosperidad
Hace cinco años Don Juan Carlos decidió poner fin a uno de los reinados más largos y excepcionales de la historia. Fueron casi cuatro décadas en las que España se transformó en una democracia moderna y los españoles disfrutaron de la etapa más larga de paz, libertad y prosperidad. Con su olfato político y una personalidad arrolladora, Don Juan Carlos se puso al frente de una generación de españoles que se disponía a enterrar los rencores del pasado y a unir sus fuerzas para construir una España diferente.
Restauración de la Monarquía
En la primera mitad del siglo XX, la tendencia en Europa había sido que los Reinos se convirtieran en Repúblicas. Sin embargo, Don Juan Carlos consiguió lo contrario: restaurar la Monarquía en España tras un largo paréntesis de 44 años. Muerto Franco, el 22 de noviembre de 1975 fue proclamado Rey ante las Cortes y con ese motivo se aprobó un indulto general que devolvió la libertad a mas de 12.000 condenados, 700 por delitos políticos.
Mensaje en catalán
En su primera visita a Cataluña, en enero de 1976, pronunció parte de su discurso en catalán. «Llego con emoción a Cataluña en éste mi primer viaje oficial como Rey de España», les dijo. «Me siento con orgullo sucesor de los Condes de Barcelona, de Urgell, de Girona, de Osona, de Empuries, de Besalú y de tantos otros; y heredero de los Reyes de la Corona catalano-aragonesa».
Un Rey de España en América
Don Juan Carlos fue el primer Rey de España que viajó a América. Siguiendo las huellas de Cristóbal Colón, el 31 de mayo de 1976 emprendió viaje a Santo Domingo. «Doy gracias a Dios por ser el primer Rey de España que cruza el Atlántico para visitar las Américas», afirmó nada más aterrizar.
España será una democracia
Desde Santo Domingo, el Rey viajó a EE.UU. y el 2 de junio pronunció un discurso histórico en una sesión conjunta del Senado y la Cámara de los Representantes, donde anunció por primera vez en público su voluntad de que España fuera una democracia plena. Seis meses después, los Reyes votaron en el referéndum de la reforma política, el primer paso hacia la democracia.
La renuncia de Don Juan
El Conde de Barcelona esperó hasta asegurarse de que la democracia iba a ser restaurada para hacer la renuncia formal a sus derechos dinásticos en favor de Don Juan Carlos. El 14 de mayo de 1977, en una sencilla ceremonia en La Zarzuela, hizo una profunda inclinación de cabeza ante su hijo, dio un sonoro taconazo y afirmó: «Majestad, por España, todo por España».
La democracia ha empezado
España pasó de la dictadura a la democracia a través de un pacífico sistema llamado la Transición, que suscitó la admiración de la comunidad internacional. Tras las primeras elecciones democráticas, en junio de 1977, el Rey presidió la apertura solemne de las Cortes: «La democracia ha comenzado -afirmó-. Ahora hemos de tratar de consolidarla». Además, reclamó a los parlamentarios una Constitución que «dé cabida a todas las peculiaridades de nuestro pueblo».
Una Constitución para todos
Un año y cinco meses después, el 27 de diciembre, el Rey sancionó la Constitución de 1978, la primera de las siete que tuvo España desde 1812 que había sido sometida a referéndum del pueblo español.
Incidentes en Guernica
En su primera visita al País Vasco, el 3 de febrero de 1981, un grupo de abertzales trató de boicotear puño en alto el discurso del Rey en la Casa de Juntas de Guernica. «Frente a quienes practican la intolerancia, desprecian la convivencia, no respetan las instituciones ni las más elementales normas para una ordenada libertad de expresión, yo quiero proclamar una vez más mi fe en la democracia y mi confianza en el pueblo vasco», respondió.
El golpe de Estado del 23-F
Con el uniforme militar y un breve mensaje de minuto y medio de duración transmitido por televisión, Don Juan Carlos logró parar el golpe de Estado protagonizado por el teniente coronel Tejero, que había secuestrado el Congreso de los Diputados.
La Corona apoya la cultura
Uno de los objetivos que se había propuesto Don Juan Carlos era reconciliar a los intelectuales con la Corona, tras décadas de alejamiento. Símbolo de ese reencuentro fue la entrega, el 23 de abril de 1981, del premio Cervantes al poeta comunista Rafael Alberti.
Las víctimas de ETA
Para Don Juan Carlos, los muertos de ETA han sido lo peor de su reinado. «He tenido 800 malos momentos: las 800 víctimas del terrorismo», recordaba años después en una entrevista a la televisión francesa. El 8 de mayo de 1981 ETA intentó asesinar al teniente general Joaquín de Valenzuela, jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey. En el atentado murieron su ayudante, el escolta y el conductor. Eran los oscuros años de plomo.
España regresa a Europa
Tras siglos de aislamiento (desde la contrarreforma de Felipe II), España regresó a Europa bajo el reinado de Don Juan Carlos. El 12 de junio de 1985 se firmó en el Palacio Real el Tratado de Adhesión a la CE.
La Corona y los indígenas
En un viaje a México, el 13 de enero de 1991, el Rey se reunió con las comunidades indígenas y lamentó ante ellos los abusos cometidos durante la Conquista, a pesar de la protección de la Corona.
El mejor embajador
El Rey protagonizó la apertura de España al exterior tras décadas de aislamiento. España se presentaba ante el mundo como un país moderno cuya Transición suscitaba un elogio unánime. El 18 de julio de 1991 se celebró la primera Cumbre Iberoamericana en Guadalajara (México).
Deporte al más alto nivel
Don Juan Carlos, que había competido en los JJ.OO. de 1972 y amaba -y sigue amando- el deporte, llevó el aliento de la Corona a los deportistas españoles y se volcó con Barcelona hasta que logró acoger los Juegos de 1992, en los que desfiló el Príncipe.
Rey de «todos» los españoles
Durante su reinado, la Corona se acercó a todos los sectores de la sociedad. Símbolo de esa cercanía fue la visita que los Reyes hicieron en diciembre de 1994 al poblado de La Celsa, en el Pozo del Tío Raimundo, asolado por la droga y la marginación. Don Juan Carlos y Doña Sofía tomaron un «cafelito» de puchero en una chabola con los patriarcas gitanos Isidoro y Aquilino.
Su dolor es nuestro dolor
La cercanía de la Corona al pueblo se visualizaba cada vez que ocurría una tragedia. En agosto de 1996, los Reyes interrumpieron sus vacaciones en Mallorca para llevar el consuelo y la solidaridad a las víctimas de Biescas, donde una riada dejó 87 muertos y 183 heridos.
El primer soldado
Muy próximo a las Fuerzas Armadas, de las que siempre se ha sentido un miembro más, Don Juan Carlos quiso celebrar su 60 cumpleaños con las tropas españolas destacadas en el extranjero y el 6 de enero de 1998 se desplazó a la primera misión enviada al exterior, Bosnia.
Atentados del 11-M
«Vuestro Rey sufre con todos vosotros», afirmó el 11 de marzo de 2004, tras la mayor matanza terrorista de la historia. Adivinando lo que iba a ocurrir después, pidió «unidad, firmeza y serenidad por encima de las legítimas diferencias de opinión».
«¿Por qué no te callas?»
En la Cumbre Iberoamericana de Chile, celebrada en noviembre de 2007, el Rey no toleró que en su presencia el difunto presidente de Venezuela, Hugo Chávez, interrumpiera al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, e insultara al anterior, José María Aznar, al que llamó «fascista». Tras espetar a Chávez un «¿por qué no te callas?», el Rey abandonó la reunión como protesta.
«Justicia igual para todos»
Cuando estalló el caso Nóos, el Rey dejó claro que su yerno, Iñaki Urdangarín, sería juzgado como cualquier otro ciudadano. «La Justicia es igual para todos», afirmó en el Mensaje de Navidad de 2011. Seis años después, su yerno ingresó en prisión para cumplir una condena de cinco años y diez meses.
«Lo siento mucho...»
Disciplinado como Rey constitucional, Don Juan Carlos ha tenido cierta tendencia a la rebeldía en su vida privada. En abril de 2012, tras fracturarse la cadera en Botsuana, donde estaba de incógnito en compañía de una ambiciosa mujer, Corinna Larsen, estalló la tormenta perfecta, agitada por la crisis y el caso Nóos. En pleno enfado de la opinión pública, el Rey pidió perdón: «Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir».
La abdicación
Tras un reinado ejemplar, en el que España dejó de ser una excepción y se transformó en una nación democrática próspera y moderna, el Rey abdicó en unos momentos difíciles, marcados por la crisis económica y sus errores personales. Cinco años después, Don Juan Carlos ha anunciado su retirada de la vida pública sin haber recibido el homenaje que le deben los españoles.