Doña Cristina visitará a su marido desde Ginebra
Iñani Urdangarin fue seguido por cámaras durante los viajes de ida y vuelta
La Infanta Doña Cristina vivió ayer su cumpleaños más amargo, a la espera de que su marido, Iñaki Urdangarin , regresara a media tarde de Palma de Mallorca, donde recogió la orden de ingreso en prisión, y poder disfrutar juntos las últimas horas de libertad. A partir de ahora, será ella la que viaje a Madrid, a veces sola y otras con sus hijos, para visitar a Urdangarin en la cárcel . En principio, Doña Cristina mantendrá el domicilio familiar en Ginebra, donde compagina sus dos puestos de trabajo -en las fundaciones La Caixa y Aga Khan- desde que ella se convirtió en el cabeza de familia. Allí, sus hijos padecen con menos intensidad el acoso mediático del que huyeron cuando abandonaron Barcelona.
A Urdangarin se le juntaron ayer las dos condenas: la del Supremo y la del telediario. A las ocho y media de la mañana tomó un vuelo a Palma y a las tres y media de la tarde regresó a Ginebra. A las dolorosas circunstancias del viaje se sumó el martirio de la persecución mediática. Las cámaras le grabaron en la sala de embarque suiza, caminando por el aeropuerto, en el avión de ida a Palma, en la sala de embarque mallorquina, en la pasarela de acceso al avión y durante el vuelo de regreso. Una experiencia muy ilustrativa de la presión que se vivirá en la cárcel a la que vaya Urdangarin.
El marido de la Infanta apenas permaneció diez minutos en la Audiencia Provincial de Palma, el tiempo suficiente para recoger la orden de ingreso en prisión y para recibir un chorreo de insultos por parte de una veintena de curiosos. Entró y salió con el gesto serio y la tensión contenida. Muy delgado y con el pelo muy corto, Urdangarin acudió a su última cita judicial con un pantalón blanco, una camisa celeste y una americana de color azul claro, y no quiso hacer ninguna declaración a la prensa.
Su próximo desplazamiento a España será para ingresar en prisión . Igual que la Infanta, Urdangarin ha tenido tiempo para prepararse y afrontar el momento más duro de su vida en las mejores circunstancias físicas y emocionales.
El ingreso de Urdangarin en prisión abrirá también una nueva etapa en la relación de Doña Cristina con el Rey, que hasta ahora ha marcado distancias para no interferir en el proceso judicial. Finalizado este, lo más probable es que Don Felipe pase página y empiece a reconstruir su relación personal con su hermana.