Gonzalo Melián - Boberías económicas

Zapatero en el Ayuntamiento

El señor Álamo se ha quedado únicamente con lo que se ve

Gonzalo Melián

José Miguel Álamo , concejal del PP en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, compartió hace unos días en su twitter la siguiente noticia: «España tiene 30.000 funcionarios más desde que comenzó la crisis en 2007», y acompañó el titular con el siguiente enigmático comentario: «Para que después digan los empresarios que son ellos los que crean empleo ».

Aparentemente, con su afirmación nos está diciendo que la Administración pública es la que crea empleo y no los empresarios. Incluso podríamos decir que se está mofando de aquellos empresarios que arriesgan sus ahorros creando riqueza y empleo.

Una de las primeras enseñanzas que se debe aprender en economía es la que expone Frédéric Bastiat en su ensayo «Lo que se ve y lo que no se ve» y que desarrolla magistralmente Henry Hazlitt en su libro «La economía en una lección». La idea no es otra que la de la falacia del escaparate roto .

Algunos piensan que cuando un chico rompe un escaparate de una tienda con una piedra creará un empleo de un cristalero. Sin embargo, no ven que el propietario afectado dejará de comprar una lavadora para la que había ahorrado y, por lo tanto, se habrá destruido un empleo en dicho sector. No es difícil deducir que si creamos por un lado y destruimos por el otro no estamos creando absolutamente nada. Por esta razón, la importantísima lección no es otra que un buen economista debe analizar cuáles son las consecuencias económicas que se ven y las que no se ven para concluir si algo es positivo o no.

El señor Álamo se ha quedado únicamente con lo que se ve : 30.000 nuevos funcionarios. Sin embargo, si atendemos a la lección de Bastiat, nos daremos cuenta de que lo importante no es crear empleo, sino riqueza. Dicho de otra forma, de poco sirve poner a 100 personas poniendo y quitando las mismas baldosas todos los días de la misma calle. El empleo es una consecuencia de la creación de riqueza y no es desconocido que en ello los empresarios le llevan algo de ventaja al Estado.

Pero es que además, este señor tampoco tiene en cuenta que el dinero que se utiliza para pagar a esos 30.000 funcionarios sale del bolsillo de los contribuyentes y, por lo tanto, estos habrán dejado de comprar lavadoras, mesas, casas o lo que ellos quisieran, se habrán destruido otros miles de empleos y no se habrá creado nada.

Sería bueno que los representantes públicos leyeran a Bastiat o Hazlitt para evitar que digan cualquier disparate económico propio del peor Zapatero con el Plan «E».

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