Beatriz Morales - Islas al Gusto
La vida que fluye
La vida natural nos enseña que los barrancos canarios y tienen plantas majestuosas e indomables
El sonido armonioso de la vida que fluye se abraza a las rocas por las que pasa, se mantiene constante en el viaje que comienza y acaba en el mar, donde la muerte siempre llega. Los barrancos beben y se nutren de ramas caídas, hojas perdidas y de agua dulce. Los canarios cogen el coche y acuden a esa milagrosa llamada que pocas veces acontece, ahí solo cabe fotografiar, mirar, esperar y estar con los tuyos observando el camino líquido que da pie a la primavera.
Una estación da paso a otra y los colores cálidos regresan a la tierra en sustitución de un verde clamoroso, llamativo y acogedor. La denominación Afortunadas cobra más fuerza cuando la maleza cubre con su manto los colores grises de los suelos construidos por el ser humano. La vida natural nos enseña con los barrancos vivos y las plantas majestuosas que es indomable, que revuelve cualquier cimiento y siempre, incluso cuando casi parece perdida, regresa. Disfrutemos del verdor y de la música que traen los cauces que caracterizan a nuestro suelo.