José Fco. Fernández Belda - Viviendo en San Borondón
Vacunas preelectorales (3)
Deberíamos vacunarnos contra las propuestas aparatosas y poco realistas de terceras pistas y subvenciones sin límite
En vísperas electorales, los políticos lanzan uno tras otro mensajes para intentar captar el voto de los indecisos, porque los de sus huestes suponen, no siempre con razón, que los tienen garantizados. Una elocuente frase popular, que debiera avergonzar a los partidos hasta la náusea, es que muchos irán a votar con la nariz tapada. Parafraseando una opertuna frase puesta en boca de Monseñor Meredith por Morris West en su novela “El abogado del diablo” , ante la cantidad de subjetividades que le están poniendo delante de sus ojos, dice que “el exceso de mensajes nubla la faz de la realidad”. Él habla ahí de símbolos, aquí de eslóganes.
Para Canarias sería muy importante que uno de los objetivos estratégicos por el que se debiera luchar con ahínco junto con el Ministerio de Transportes, sería tratar de conseguir que el Aeropuerto sea un centro neurálgico en esta zona del Atlántico Medio para el transporte aéreo de pasajeros , mercancías y mantenimiento aeronáutico. Deberíamos vacunarnos contra las propuestas aparatosas y poco realistas de terceras pistas, subvenciones sin límite, terminales sobredimensionadas y con su estación del tren de marras, para que cuando resuene su derrochador y ruinoso cha-cha-cha, como se malician muchos con muy fundadas sospechas, puedan generarse sobrecostes en las concesiones para cubrir otras financiaciones.
En unas declaraciones realizadas por José Manuel Soria en Lanzarote el 3 de diciembre de 2011, repetidas hace unas semanas, dijo, a mi juicio con muy buen criterio, que lo importante para Canarias en el terreno del transporte era conseguir la Quinta Libertad del Aire, además de seguir por el camino de la disminución de tasas aeroportuarias o primar a unas compañías sobre otras, lo que no deja de ser competencia desleal o amiguismo, diríamos los más liberales y los menos proteccionistas de la familia nacionalista de mano extendida.
Debería ser un un verdadero asunto de estado, conseguir para Canarias, la denominada “libertad de transporte externo consecutivo”, por la que se otorga el derecho a una aeronave del Estado “A”, por ejemplo Alemania, a embarcar pasajeros, correo y carga en el Estado “B”, sea por ejemplo España, para transportarlos hasta el Estado “C”, pongamos por caso Argentina, siempre que la segunda parte del vuelo sea una continuación de la primera. Este detalle final distingue esta operación de las llamadas de cabotaje, a la que hace referencia la octava libertad , por la que también se podría luchar.
Si la Quinta Libertad se pudiera aplicar en Canarias, nuestros aeropuertos podrían ser auténticos centros logísticos , mayormente de distribución de carga y algo también de pasajeros. Todos los políticos, y algunos empresarios, hablan de tricontinentalidad, Europa-África-América, pero no parecen estar dispuestos a dar la batalla necesaria para hacer realidad ese palabro de siete sílabas. El asunto no resulta llamativo ni conocido para la mayoría de los votantes, por eso los políticos lo nombran de pasada ahora que hay elecciones, para evitar que les recriminen no haberlo dicho, pero no se insiste después de obtener el cargo. Lamentable.
Si se gozara de la Quinta Libertad , se podría intentar ser ese añorado “hub”, que permitiera tomar o dejar nueva carga a todas las aerolíneas con destino a cualquier país. Podrían montar su propio centro de distribución, con el consiguiente incremento de actividad económica y de empleo. Los beneficios directos e indirectos ayudarían sensiblemente a esa tan cacareada diversificación de la economía. No seria imprescindible confiar casi todo a que el turismo siga creciendo y gastando más, que es el “quid” del negocio turístico y no el número de pasajeros.