Gustavo Reneses - Babilonia en guagua

El trato

Y si hay algo que revuelve las tripas de verdad, es la indolente actitud de los que están al frente de las instituciones

Gustavo Reneses

En estos días azules de marzo, con la mitad del país perdido en medio de la santa semana y con la formación de gobierno echada a perder en medio de la nada, a esta guagua le toca hacer una parada en la estación del viernes de dolores. 

Acerca de los dolores, no estaría mal hacer una revisión del mismo porque aunque la manera de infligirlo ha cambiado en los últimos lustros, la estupidez humana acerca de la visión del mismo, no sólo no ha cambiado, sino que se ha incrementado exponencialmente.  Y así se ha creado una clasificación de dolores según la ética de turno.

Por ejemplo, no es lo mismo echar una lágrima y fustigarse viendo el dolor ajeno en una figura policromada preñada de efectos sangrientos entre capirotes y niebla del incienso legal; que sentir el dolor en primera persona en la Europa del siglo XXI. Eso sí es dolor en el cuerpo y en el alma .

A fin de cuentas, en lo primero el dolor es soportable y además, sigue estando de moda. Muchos se aferran a la moralina y al espíritu tan novelero que nos caracteriza, y sacan sus mejores galas para dejarse ver en las procesiones. No contento con ello, se lustran medallas chivatas de cualquier logro (vale la de la comunión a falta de méritos) e incluso se solidarizan con la humanidad no comiendo carne estos días porque es "pecado" para el dios que entre todos inventaron. 

El segundo dolor es inmensamente desgarrador. Congoja e impotencia al ver cómo miles de personas se dejan la vida en el mar y en los alambres fronterizos. Seres humanos que simplemente huyen de la miseria y de una vida acotada por los silbidos de las balas. Gente que no quiere vivir donde campa el fanatismo y la intolerancia. Y ante eso tanto los de la procesión como otros muchos, pasan de página en el periódico buscando los deportes o cambian de canal hacia algo más banal.

Y si hay algo que revuelve las tripas de verdad, es la indolente actitud de los que están al frente de las instituciones, que entre fotos de grupo y grasientos abrazos de orondas tripas, miran hacia otro lado esperando que pase algo que se lleve lejos esa situación tan incómoda. Y en el fondo, salvando las distancias, y al igual que en otros episodios oscuros de la historia europea, las personas acabarán clasificadas, ordenadas y asignadas, como si de mercancía se tratara.

Y para los que se mueren de frío tirados en la tierra europea durante esta semana, no habrá un domingo de resurrección –ni tampoco un lunes de pascua-. Vendrán de nuevo los calores del estío y seguirán siendo la pelota de un partido de tenis entre intereses que se juegan muy lejos al calor de un parqué.

Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

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