Será un jurado popular quien juzgue al asesino de Romina, la chica asesinada, quemada y desmembrada en Lanzarote
La Fiscalía juzgará al exmarido por homicidio, malos tratos y profanación del cadáver de la que fue la primera víctima de violencia de género del 2019
![Romina Celeste y Raúl Díaz](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2019/12/20/191219-romina660-kyF--1248x698@abc.jpg)
Según ha anunciado el Ministerio Público al Juzgado de Instrucción número 1 de Arrecife, en Lanzarote, la Fiscalía va a presentar cargos de homicidio, malos tratos, profanación del cadáver y simulación de delito contra el marido de Romina Celeste Núñez , la primera víctima de violencia de género de este año. La joven, paraguaya y madre de dos hijos, perdía la vida la madrugada del pasado Año Nuevo a manos de Raúl Díaz , que permanece desde entonces en la prisión de Tahíche a la espera de que se celebre el juicio.
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En el informe del Ministerio Público, se afirma que el acusado, con el que Romina Celeste había iniciado una relación a finales de 2017 y con el que contrajo matrimonio apenas ocho meses después , “la agredió en distintas ocasiones con total desprecio por la integridad física” de la víctima. El fiscal apunta que la madrugada del 8 de agosto de 2018, dos días antes de la boda, golpeó repetidas veces a Romina “para después marcharse” del hotel donde se hospedaban, hecho que repitiera en su casa -en Costa Teguise- el 29 de diciembre. Ese día, le causó importantes lesiones por las que la víctima acudió al servicio de Urgencias del Hospital de Lanzarote sobre las 6:30 horas de la madrugada. Sin embargo, según indica la Fiscalía, no llegó a ser atendida por el médico “al ir a buscarla el acusado a dicho lugar para llevársela a su domicilio ”.
La Fiscalía reconce no saber qué ocurrió exactamente
Cuarenta y ocho horas después, durante la tarde de Nochevieja y la madrugada del 1 de enero de este año, Romina ya habría sido asesinada. Si bien la fiscalía reconoce no saber exactamente lo que ocurrió, pues las circunstancias de la muerte se desconocen, sí sostiene que Raúl Díaz “dio muerte a su esposa de manera voluntaria” quemando en una barbacoa su cuerpo, desmembrándolo e introduciendo sus restos en bolsas que terminó arrojando al mar .
Los vecinos denunciaron un “intenso mal olor” durante todo ese día, testimoniando que tocaron “la puerta de la casa de la pareja y no salía nadie”. Al ver el fuego, el marido de una testigo logró hablar con Raúl y, rápidamente, apagó el fuego. “Me sorprendió que una llama tan alta se apagara tan rápido”, añadía, mientras intentaba describir el olor. “No era químico ni de barbacoa, era muy extraño. Nunca había olido así ”, declaró.
Una semana después del suceso, el marido de la víctima acudía a un cuartel de la Guardia Civil para denunciar su desaparición, hecho por el que será juzgado por una denuncia falsa . Cinco días más tarde, el 13 de enero, la propia Guardia Civil lo detenía tras interceptar una conversación telefónica en la que le contaba a un familiar cómo se había deshecho del cadáver de Romina cuando, hasta ese momento, alegaba no saber qué le había pasado a su mujer.
Los agentes buscaron durante días su cuerpo por la costa de Lanzarote hasta el mes de febrero sin ningún éxito, momento cuando se encontró un fragmento de tejido humano que, posteriormente, resultó ser un trozo de pulmón con el ADN de la joven .
Un controlador que vivía en un ambiente "muy nocivo"
Según testimonios, Raúl Díaz, era una persona “paranoica” que “seguía obsesionada” con su expareja sentimental a pesar de haber contraído matrimonio con Romina. Según la mejor amiga de la víctima, que fue a la casa acompañada de su pareja para preguntar por la joven paraguaya, el acusado se mostró “muy nervioso” y no paró de exclamar “yo no he hecho nada, yo no he hecho nada”.
Ingeniero industrial y empleado de Endesa, para otro de los testigos que conocía bien a Raúl, de 45 años de edad, lo describió como “una persona inteligente, un poco fría y calculador ; lo tenía todo muy bien pensado”. “Raúl tenía una obsesión con Carmen – su expareja- por la que llegó a tener depresión” al terminar su relación con ella. Asimismo, este testigo avisó que, ya empezada la relación con Romina, Raúl “mandaba mensajes a su expareja diciéndole que era la mujer de su vida y la vigilaba desde el coche en casa de una amiga ”, mientras añadía que “Raúl estaba loco, era paranoico, pero nunca fue agresivo”.
Del mismo modo, familiares suyos achacan el cambio de actitud del acusado por “meterse en un mundo nocivo”. Según le contó a un familiar dos días después de haber incinerado a la joven, que “ tomaba grandes cantidades de alcohol, pastillas y drogas ”, hecho que repitió en Nochevieja, y que “tras una discusión sobre un tema económico, ella se marchó de la casa”. Ahora el acusado ya sabe de qué delitos se le acusa y espera fecha del juicio.