Gustavo Reneses - Babilonia en guagua

El «selfi»

Jugar a lo de siempre, aparentar en un mundo lleno de espejos, que reflejan la estupidez humana hasta el infinito

Gustavo Reneses

En estos días azules, comienza el lluvioso abril, mes que se torna apasionante en el increíble mundo de la política, impredecible en nuestro encuentro con el fisco y desesperanzador en la búsqueda de vida inteligente en este planeta.

Como de los dos primeros aspectos, a buen seguro hay un chorro de columnas, tertulianos y eruditos que destilarán sapiencia al respecto, y posiblemente más optimistas que quien suscribe estas líneas, abundaremos en la tercera, o la estupidez como elemento ensamblador de la humanidad.

No es de los nuestros, pero como si lo fuera. Hace unos días un pasajero británico se sacó una foto con el presunto secuestrador suicida de EgyptAir y, como no podría ser de otra manera, dio la vuelta al mundo. El viajero, viendo que su avión estaba en pleno proceso de secuestro aéreo por un elemento pertrechado con un cinturón de explosivos (totalmente falso como se comprobó posteriormente), se levantó como quien va a pedir almohada y manta, para sacarse una foto.

La respuesta del suicida fue hasta enternecedora: “Le pregunté si podía sacarme un selfie con él y se encogió de hombros”. Para sus adentros el hombre tuvo que pensar: “Ya me chafaron el momento de gloria”. El guion desde luego es magistral y totalmente válido para cualquier metraje de cine surrealista. El caso es que hay gente así: falsos suicidas y viciosos de la imagen. Ambos impenitentes buscadores de la efímera fama.

En estos tiempos de búsqueda inmediata de la plenitud a través del onanismo audiovisual, la creatividad roza la demencia, poniendo en duda la validez de la teoría evolutiva del bueno de Darwin.

Y es así como entendemos el todo: con prisas. Antes de que podamos saborear algo, existe una nueva experiencia cada vez más banal que la sustituye. Portando en cualquier caso la bandera de la chabacanería y el mal gusto como referente evolutivo.

Y ejemplos hay muchos a diario, cada vez más: saliendo de plenos para presidir una rueda de prensa; saliendo del mismo pleno para salir en la foto también y de paso jugar al gato y al ratón. O cuando no, tuiteando la estrategia en directo a mayor gloria de ser hashtag del día.

Todas ellas dan ejemplo de cómo la nueva política se da la mano con la vieja política para jugar a lo de siempre, aparentar en un mundo lleno de espejos, que reflejan la estupidez humana hasta el infinito. Y más allá.

Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

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