José Fco. Fernández Belda - Viviendo en San Borondón

El sectario olivo de la paz

Una muestra de sectarismo, a mi entender, totalmente inadecuada en un acto institucional, no de partido

José Fco. Fernández Belda

En una nota de prensa remitida por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria —difícil es adjetivarlo de «Excelentísimo» por más que el protocolo lo diga— se convocaba a la prensa con el siguiente encabezado: «El alcalde y embajadores de países árabes en España plantan un olivo en la ciudad como símbolo de paz ». No merece mayor comentario que el titular hable en tiempo presente, cuando será un acto que tendrá lugar, Alá mediante, al día siguiente.

Pero tal como los actuales gobiernos del Cabildo y del Ayuntamiento acostumbran, lo que puede parecer a primera vista una loable iniciativa genérica en busca de la paz universal, dependiendo de quien pague los gastos más o menos oportuna, oculta una visión sesgada y sectaria de lo que ellos entienden realmente por «paz» . Se dice que «asistirá una docena de embajadores de países como Mauritania, Túnez, Irak, Palestina, Sudán o Qatar, además de un representante de la Liga Árabe».

Curiosamente no se cita ni se sabe, si están invitados Siria, Irán, Jordania, Egipto, Turquía o Marruecos, países que por estar inmersos en conflictos bélicos abiertos o semiocultos, mucho podrían decir de ese olivo, cuyas hojas portarán en sus picos las palomas de la paz volando desde Gran Canaria al Oriente Medio.

Convendría tener presente que cuando se habla de países árabes, como en esa nota de prensa, realmente se están refiriendo a mundo musulmán o a la idea de mundo árabe como comunidad que tiene ese idioma como lengua materna y de una estructura política inspirada en el Islam como religión . Es un concepto similar a cuando en los discursos se habla de Hispano o Latinoamérica, o los musulmanes refiriéndose a la «Umma» o comunidad de creyentes.

Por eso, en sentido estricto, resulta curiosa esta convocatoria en la que, salvo Qatar, ninguno de esos países son árabes sino musulmanes. Los árabes son los que habitan en Arabia, Emiratos y Qatar. Mauritania o Túnez tienen población bereber. Los iraquíes son una mezcla de turcos, kurdos, abásidas, etc., pero no árabes. Decía Sadam Husein en una jaculatoria que debía rezarse al principio de las clases en los colegios para denigrar a los iraníes, sus enemigos mortales: «Hay tres cosas que jamás debería haber creado Alah: los judíos, los persas y las moscas ». Ejemplo palmario de las rivalidades étnicas del Oriente Medio, con las que Augusto Hidalgo y su corte podemita quieren terminar con este simbólico olivo.

Asiste también invitado al acto el embajador de un país no reconocido internacionalmente como tal, pues Palestina no es un estado , como es bien sabido. Podrán invitar a un representante de la ANP, los de Cisjordania, o de Hamas, los que aterrorizan Gaza, pero no un embajador en sentido estricto. Por ahora existen al menos dos palestinas, rivales mortales .

Cuestión bien distinta es que la propaganda palestina haya calado en los grupos mayormente antijudíos, disfrazados de antisionistas, para hacer creer otra cosa. Un ejemplo es la decisión del Cabildo de Gran Canaria de declarar el BDS, campaña racista e ilegal en Francia , Suecia, Dinamarca y otros países, del «Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel». Por eso es lamentable que el Ayuntamiento de LPGC se sume a esa iniciativa, que simulando ser paloma de la paz, con olivo incluido para más bochorno, apoye a grupos declarados terroristas.

Y como siempre, medio oculto en el texto de la convocatoria, aparece la auténtica razón política de este acto pues «con la plantación del olivo también se quiere rendir homenaje a la celebración del Día de la Tierra Palestina, que se conmemoró el pasado 30 de marzo». Y eso nada tiene que ver con la paz en sentido estricto, sino con la idea muy concreta de conseguir la victoria sobre el estado de Israel, el único democrático de la zona , pero de la forma que lo entiende Hamas en su carta fundacional, asesinando y borrando a los judíos del mapa.

Y por si hubiera alguna duda de la intención real del acto de plantar un olivo, especie en la que según algunas tradiciones se ahorcó Judas tras su traición, nuestro alcalde repitió aquella otra estulticia zapaterina , fotografiándose sonriente con una pañoleta palestina al cuello.

Proclamaba Zapatero entonces y proclama ahora Augusto Higalgo, no por casualidad ambos socialistas, su apoyo incondicional a la idea de paz que quieren Fatah y Hamás: la paz de los cementerios, esa que buscan los grupos terroristas . Toda una muestra de sectarismo, a mi entender, totalmente inadecuada en un acto institucional, no de partido, de quien representa a todos los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria, lo hayan votado o no.

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