JEFFREY EPSTEIN
La relación de Canarias con Jeffrey Epstein que ayudó a desencadenar sus delitos
Un suceso ocurrido en las islas pudo ser uno de los desencadenantes de que el multimillonario acabara traficando con menores
Durante estas semanas, desde que Netflix inaugurara la serie documental sobre Jeffrey Epstein casi coincidiendo con la publicación por parte de Anonymus del libro de sus contactos, todo el mundo ha oído hablar del multimillonario estadounidense y de los delitos que cometió, que se han convertido en el mayor escándalo político y judicial de la historia reciente de los Estados Unidos . Asimismo, aparte del multimillonario, otras personalidades, que se consideraban amigos reconocidos, ahora se ven perjudicadas en la trama como Donald Trump , Bill Clinton y, sobre todo, el Príncipe Andrés , quien se encuentra investigado en la red de tráfico de menores.
No obstante, Epstein guarda una pequeña relación con un suceso ocurrido en las Islas Canarias que puede considerarse como uno de los motivos que, sin él, la historia podría haber sido diferente. El 5 de noviembre de 1991, el gran magnate de la prensa internacional, Robert Maxwell, fallecía ahogado -en extrañas circunstancias- en aguas del archipiélago mientras pasaba unos días de vacaciones en su yate frente a la costa de Tenerife.
Los tripulantes de la embarcación dejaron de ver sobre las 5:00 de la madrugada a Maxwell, quien aparecería ahogado unas doce horas después, cerca de Gran Canaria, a más de 88 kilómetros de su yate. El cadáver de Robert MaxweIl fue rescatado del mar por un helicóptero a 27 millas del suroeste de la isla a las 19.00 horas, cuando un avión Fokker del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) del Ministerio de Defensa localizó flotando boca abajo en el mar el cuerpo sin vida del magnate de la prensa. El cadáver fue recuperado sin ropa y sin muestras visibles de violencia , si bien presentaba una pequeña herida en la oreja derecha.
Robert Maxwell, el checoslovaco magnate de la prensa británica
El nombre original del checoslovaco era Ian Ludwig Hoch que, tras huir de la persecución nazi por su condición de judío, se alistó en el Ejército Británico y adoptó el nombre de un soldado caído en Normandía. Maxwell consiguió salir de la pobreza y orfandad para erigirse como el magnate de la prensa británica tras comprar varias empresas y el tabloide inglés Daily Mirror , el cual obtuvo durante una etapa de crisis del mismo.
Sin embargo, de un momento a otro, se vio inmerso en una situación en la que el periódico daba más pérdidas que beneficios , ahogado por su caída de ventas y las infladas nóminas de sus colaboradores. De este modo, Robert Maxwell convirtió al Daily Mirror en su base de operaciones propagandísticas , convirtiendo sus opiniones e intereses en asuntos de interés nacional.
Asimismo, aparte de todas las deudas que acarreaba, otra de entre las muchas razones del misterio que rodea a Robert Maxwell es su supuesta filiación con el servicio secreto israelí, el Mossad , al alegarse que el mismo Robert Maxwell era un importante agente secreto de tal organización, afirmándose que Maxwell disponía de su poder sobre la población mediante la prensa, su posición política y la inmensa red de influencias, con el objetivo de beneficiar las operaciones de la polémica institución gubernamental de Israel.
La relación con Jeffrey Epstein
La muerte de Robert Maxwell conmocionó al mundo: la bolsa cayó y el futuro de sus empresas quedaron en el aire, si bien sus trabajadores no mostraron pena alguna, ya que definían a su jefe como un «tirano». Quien sí lo hizo fue su hija, Gishlaine Maxwell , que, en busca de un cambio drástico en su vida, decidió cambiar su residencia de Londres a Nueva York tras el inesperado fallecimiento de su padre. A los pocos años en el país norteamericano y acostumbrada a codearse con la alta sociedad británica, fue la propia Gishlaine quien, según The Washington Post , presentaría a Jeffrey Epstein a sus amigos Bill Clinton y el Príncipe Andrés .
Ese sería el momento en el que el multimillonario estadounidense iniciaría una relación sentimental con Maxwell , que, con los años, acabó convirtiéndose en «su mejor confidente». Sin embargo, y gracias a los testimonios de las víctimas del depredador sexual, Gishlaine Maxwell está siendo investigada por el FBI por haber reclutado, mantenido, hospedado y traficado con menores de edad para satisfacer los deseos sexuales de Epstein y ha marcado en 11 mil dólares la recompensa a quien pueda dar pistas de su paradero, aún desconocido, si bien se cree que puede estar en las afueras de París .
Desde los primeros casos que salieron a la luz, en el año 1995, se implica a Gishlaine en la trama del tráfico de menores . «Gishlaine nos preguntó si alguna vez nos habían dado masajes profesionales», comentó Annie Farmer, la primera víctima reconocida. «Me dijo que me desnudara y considero que me frotó los pechos de una forma fue inapropiada », denuncia en el documental de Netflix, en el que explica que en algunos casos de los abusos de Epstein, Maxwell, aparte de reclutar a las niñas, también participaba .
Nunca sabremos si, en caso de que Gishlaine no se hubiera mudado a Nueva York, hubiera ocurrido lo mismo, pero, de esta manera, se podría decir que el fallecimiento de Robert Maxwell en las Islas Canarias influyó en la vida de Jeffrey Epstein y de todas sus víctimas .
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