Una piedra de 8,5 kilos, posible arma del crimen del doble asesinato de Adeje

Los peritos que han testificado en la tercera jornada del juicio oral han destacado que en el escenario del crimen había una piedra que era diferente al resto, de mayor peso y con una composición más sólida que las demás

Thomas Handrick y su traductora en un momento del juicio oral EFE/Ramón de la Rocha

Laura Bautista

La tercera jornada del juicio con jurado del crimen de Adeje, en el que se juzga la presunta autoría de Thomas Handrick de un delito de doble asesinato y otro en grado de tentativa contra su familia , se ha centrado en una dantesca escena del crimen.

En el interior de la cueva donde fueron localizados los cadáveres de Silvia, exmujer del acusado, y Jacob, el hijo mayor de la pareja, los agentes del grupo de criminalística de la Guardia Civil recogieron una piedra de 8,5 kilos de peso y unas dimensiones de más de 20 centímetros de largo como presunta arma del crimen . Se trata de un elemento que no concuerda con el resto del escenario, ya que como ha señalado el perito «era una piedra diferente a las demás», más pesada y sólida al contrario que las del interior de la cueva, más porosas y frágiles.

Esta piedra estaba cubierta de sangre y tenía restos tanto de pelo como de masa encefálica .

En la entrada de la cueva los investigadores registraron señales de «un episodio de lucha» que el perito ha valorado como « evidente «, con ramas rotas, gotas de sangre y una gran mancha de sangre que había sido tapada con una piedra.

Los golpes que presentaban los cuerpos eran de violencia , con golpes graves principalmente en la cara y en la cabeza , lo que imposibilitó el reconocimiento de la identidad de los fallecidos que tuvo que determinarse por ADN. Sobre la cabeza de Silvia, la exmujer de Handrick con la que estaba en proceso de divorcio, había una piedra de grandes dimensiones , mientras que la recogida como prueba estaba en las inmediaciones de los cuerpos, separados unos metros entre sí.

El camino hasta llegar a la cueva ha sido descrito por los agentes que accedieron al lugar como « escarpado « y aunque ha habido diferentes valoraciones del grado de dificultad del sendero todos han coincidido en que no es una ruta apta para niños de 8 y 10 años como Jacob y Jonas. También han informado que la cueva no se ve desde el camino, por lo que para llegar a ella hay que conocerla previamente o encontrarla »por casualidad«.

Uno de los agentes, que realizó una grabación del recorrido que presuntamente hicieron Handrick, Silvia, Jacob y Jonas, quien logró escapar, ha señalado que tardó varias horas en recorrerlo y que terminó muy cansado, por lo que no parece asequible para una persona con dolores de espalda severos como asegura padecer el acusado.

Juicio oral de jurado del crimen de Adeje EFE/Ramón de la Rocha

La declaración no cuadra

El principal acusado de asesinar a su exmujer y su hijo mayor a pedradas en una cueva en Adeje (Tenerife) narró durante su declaración que los niños estaban « entusiasmados « con el camino, por lo que a pesar de las graves dificultades y los dolores que padecía tomó una dosis mayor de medicación para poder continuar. El hijo menor de la familia, que huyó del lugar del crimen tras presenciar, según su declaración, como Handrick agredía a su madre con una piedra, ha afirmado que les obligó a seguir aunque ellos no querían .

En su reconstrucción de los hechos, Handrick no ha reconocido su autoría, si bien sí que se sitúa en la cueva donde se dio un episodio de « piedras volando « que no sabe describir con exactitud al encontrarse confuso y desorientado. En cambio, en la jornada de hoy uno de los agentes ha afirmado que Thomas Handrick le explicó que a lo largo del recorrido se había caído y por eso había regresado a casa solo sin su familia.

En las cámaras de seguridad entre la casa y el inicio del sendero se ha podido constatar la salida del grupo, si bien no se ve el regreso de ninguno de ellos , tampoco del acusado como señaló en su declaración.

Del mismo modo, mientras ha dicho que cuando fue detenido solo quiso saber del estado de su hijo y estaba muy preocupado por él, los agentes que intervinieron no recuerdan que preguntase por el menor ni mostrase preocupación por él en ningún momento, con un comportamiento frío y distante .

Los peritos que realizaron las pesquisas del domicilio lo describieron como un lugar limpio y ordenado, sin rastros biológicos o muestras de agresión, tampoco con signos de limpieza exhaustiva para borrar pruebas. En la vivienda había una caja fuerte escondida bajo unas escaleras, que en la tercera entrada a la casa los agentes descubrieron forzada y abierta. Según la investigación, la caja podría contener hasta 160.000 euros aunque el episodio no ha podido esclarecerse aún.

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