El negocio del hielo en Canarias en el siglo XVIII

El nombre de Nivaria, con el que escritores clásicos latinos como Plinio conocían a Tenerife, hace alusión a sus nieves perpetuas. En Gran Canaria hubo tres pozos de nieve

José L. Jiménez

El hielo de la cumbre de Tenerife servía para abastecer en los siglos XVIII y XIX a las urbes de la isla y también se exportaba a Gran Canaria y La Palma. El municipio de Arafo atesora una de las mayores concentraciones de pozos de nieve por kilómetro cuadrado de Europa.

Estas operaciones mercantiles de hielo a otras islas marcó un hito en la industria y el comercio de nieve del Archipiélago, cuya primera referencia son las Actas Capitulares del Cabildo Catedralicio de Canarias.

Los pozos de nieve eran ingenios excavados en la tierra para conservar la nieve, que tras su compactación en el interior , podía conservarse hasta dos años si se abrigaba de forma conveniente con capas de paja.

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