Campañas
De una u otra forma, lo primero que implican la existencia misma de estos dos datos más los otros que encontrados a lo largo de su búsqueda es que, primero, no resulta muy descabellado aceptar que el actual RIL «Canarias 50» tenga, como sostiene el historial del Regimiento, su antecedente más mediato en aquellos Tercios de Milicias de la isla ; pero segundo, y fundamental, que tanto con relación al Tercio como al presidio cabe hacer una reflexión importante antes de profundizar en su misma historia que cuestiona lo que se ha dicho por la historiografía académica hasta nuestros días.
A saber: el presidio, como fuerte o fortaleza fronteriza de carácter militar, no se funda originalmente en las campañas de Italia ni en el Rosellón con los Reyes Católicos hacia 1496 como han sostenido Parker y Albi de la Cuesta respectivamente; tampoco es, por consiguiente, una importación de aquellas tierras a España ni el Tercio es sólo una unidad de combate pensada para la guerra de Flandes.
La Conquista de las islas contó con dinero de las diócesis de Sevilla y Cuenca. Este apoyo surge tras «Bula por la Cruzada de Canarias»
El Tercio es un instrumento militar moderno con el que España revoluciona la organización, la estrategia y la táctica de combate en los siglos XVI y XVII , lo suficientemente flexible y adaptativo que es capaz de mestizarse con las milicias como también demuestra el caso canario. Así es en efecto. De acuerdo con la primera Real Cédula citada, antes de 1480 existía ya un presidio en la isla, muy posiblemente constituido con el sobrante de las tropas que llevaron a cabo la Conquista después de su disolución.
Sabemos que esa Celestino Rey Joly nació en 1875 y murió en 1958. Su hija, María del Carmen Rey Ruiz, donó al Servicio Histórico Militar en 1966 la colección completa de los Historiales escritos por su padre. Él escribió el correspondiente a Las Palmas, núm 66, mecanografiado, cedido por el coronel Carlos Martín-Cleto Castro, jefe de la unidad de Historiales del Instituto de Historia y Cultura Militar en el cuartel del Infante Don Juan.
La primera hueste se acuarteló en el margen del Guiniguada, no muy lejos del lugar de la fundación del Real de Las Palmas. Hasta el 29 de abril de 1480 esta ciudad y su isla no se conforman como territorio de realengo ni comienza el proceso de organización de nuevas fuerzas para finalizar la conquista de esta isla y afrontar la de las islas de La Palma y Tenerife . Ahora bien, desde el mismo momento de la fundación de la ciudad, Gran Canaria (o Canaria, simplemente como aparecía entonces en los documentos) es acosada por piratas bereberes contra los que además habría que armar una escuadra local en varias ocasiones.
Cruzada
Es más, sabemos también que esa nueva conquista, por valor de 268.000 maravedís, sería financiada por las parroquias de las diócesis de Sevilla y Cuenca al menos (la famosa Bula por la Cruzada de Canarias, y que sólo para unirse a la gente que Pedro de Vera llevara a la Conquista de Gran Canaria se organiza una leva de 100 ballesteros en Sevilla en febrero de ese año de 1480 . Además, no nos es desconocido que tras estos primeros presidios se constituyen otros conforme se acentúan los peligros por las incursiones de los bucaneros franceses e ingleses .
De todos esos presidios, Rumeu de Armas da cuenta del que se constituye en 1571 con 12 infantes y 3 artilleros, presidio que se amplía al año siguiente cuando su capitán, Gaspar de Salcedo, regresa de Sevilla con órdenes concretas del rey y con 40 soldados más y 3 artilleros. Pero no es el único. Desde 1510, es una obsesión del Real de Las Palmas su artillado y defensa así como su ambición por arrebatarle su control al gobernador.
Felipe II
Esta obsesión se prolonga a lo largo de las décadas siguientes y, en particular, en las de los 40 y 50 cuando la guerra ha estallado con el francés y es la autoridad del capitán Pedro Cerón quien logra hacerse con el c ontrol absoluto de la situación . En varios documentos de la Cámara de Castilla se observa esta evolución y se confirma que en noviembre de 1554 ya está completado el fortificado de la isla.
En una Real Cédula de Felipe II de fecha 10 de febrero de 1571, se da cuenta que en otras cédulas anteriores había confiado la defensa de las islas a 68 soldados al mando de un sargento , defensa para la que se había solicitado a la fábrica de armas de Madrid 1000 picas y 600 arcabuces, con sus respectivos «aderezos», en 1567. Felipe II autoriza este pedido a petición de Pedro González de Escalante, al parecer el visitador de las islas o, lo que es lo mismo, el inspector de la corona para las milicias y las fortalezas a decir de Rumeu de Armas.
Este material en sí mismo demostraría la existencia de algo parecido a un Tercio en aquella época, por cuanto si seguimos el modelo establecido por Gonzalo Fernández de Córdoba, antes de la reforma del Duque de Alba, el aumento de la potencia de fuego se conseguía al disponer un arcabucero entre dos piqueros en una unidad, el Tercio, que en la práctica no superaba los 1.600 soldados.
Realengo
Año 1556: El poder de Juan de Lugo arranca de aquí. Él conquista las islas de realego de La Palma y Tenerife . Se avecina en Sevilla donde es mercader. El dinero de la bula pasó por su bolsillo, que luego devolvió. Su primer interés fue la «orchill». (Toledo, 27 abril 1480). Su primer concesionario es el Comendador Mayor de León.
Ssostenido la historiografía local canaria desde Manuel de Ossuna y Van-Den-Heede hasta la actual Cátedra Cultural General Gutiérrez, la defensa de las islas no se soporta únicamente en la milicia local. La corona y un ejército profesional estable están presentes organizando y dirigiendo esta defensa desde el primer momento de la conquista.
Hecho, por otra parte, que no podía ser de otra manera, pues, una vez que las islas se incorporan a la Corona de Castilla sufren como territorio fronterizo los mismos embates que el resto de las fronteras del reino y, en consecuencia, pasan a ser tratados como cualquiera de éstas.
El presidio es, como hemos visto, el recurso primero en el que piensa la Corona, pero no sería el único. Los Tercios de Milicia en Canarias serían otra herramienta singular ideada para garantizar esta defensa territorial en las islas .