Mató a su madre a golpes por creerla «una bruja», padecía esquizofrenia

David B.J., de 54 años, ha pasado por última vez por el juzgado encargado de determinar los hechos ocurridos en la nochevieja de 2019 , donde el vecino del barrio de Arenales, en la capital grancanaria, asesinó a golpes a su madre de 81 años en el domicilio que compartían. David B.J. padecía esquizofrenia y tal y como ha declarado ante la Sala llevaba meses sin tomar su medicación .

Se enfrenta a 14 años y cinco meses de prisión por un delito de asesinato con el agravante de parentesco y la eximiente de tener alterada su capacidad ccognitiva y volitiva, ya que como ha manifestado en su intervención ante el jurado popular creyó ver una bruja que iba a matarle.

La Fiscalía sostiene que el acusado le causó la muerte a su madre de manera inmediata al empujarla por las escaleras, agarrarla por el cabello y golpearla en varias ocasiones en el cuerpo y la cabeza . El presunto asesino convivió con el cadáver varias horas hasta que los agentes acudieron al domicilio después de que la mujer no respondiera a las llamadas y este no respondiese ni al teléfono ni abriese la puerta a sus familiares.

Los psiquiatras que han intervenido en el desarrollo del juicio han declarado que el acusado podría haber sufrido un brote psicótico grave y que los familiares de víctima y presunto asesino consideran que podría haberse evitado. Tal y como han señalado, no se trata de una persona violenta y estaba medicado y su enfermedad bajo control desde hacía años. David B.J. fue diagnosticado de esquizofrenia paranoide con la edad de 30 años .

Las semanas previas a la nochevieja de 2019, el acusado se había negado a tomar la medicación y se trataba de mantener un vínculo terapéutico y ganarse su confianza para evitar métodos coercitivos, pero que mostraba una actitud cooperadora. Tras los hechos fue ingresado en urgencias del Hospital Negrín con un estado de descompensación psicótica muy grave , como han expresado los facultativos, y se procedió a su ingreso en prisión preventiva el 27 de febrero.

Tal y como han referido, el acusado no fue consciente de lo ocurrido hasta más de un mes de su entrada en el hospital, donde estuvo semanas en ayuno y sin hablar.