Antonio Salazar - Impertinencias liberales

La lógica perversa de las campañas

Ya se han leído críticas sobre la RIC

Antonio Salazar

Deberíamos, por utilidad práctica, estar acostumbrados a los procesos electorales y la capacidad de los partidos políticos para hacer nuevas o acostumbradas promesas. El Partido Popular ha dicho aquello de que volverá a bajar los impuestos, pretendiendo hacernos creer que esto forma parte de su ADN. No ha dejado de subir ni uno solo y creado infinidad de nuevos tributos que han convertido al país en una auténtico infierno fiscal.

Sorprende la lógica «black Friday», copiada de algunas multinacionales: primero subo los precios para luego presentar unos atractivos descuentos. El comportamiento del elector debería ser equiparable, de la misma forma que como ciudadano no cae en la trampa de la empresa porque «no somos tontos», también debe rechazar nuevos cantos de sirena por parte de aquellos que no consideran el programa electoral un contrato que les comprometa.

Pero abandonada toda posibilidad de rebaja de impuestos, lo que tendremos por delante son algunos lugares comunes tan caros al pensamiento políticamente correcto. Ya se han leído críticas sobre la RIC que contempla nuestro REF. Podemos ha llegado a decir que es un instrumento de evasión fiscal , un requiebro notable que demuestra osadía y desconocimiento a partes iguales; las empresas le dicen a la Agencia Tributaria cuánto han ganado, pagan una parte de los impuestos y el resto deben invertirlo en un plazo determinado en actividades que la propia administración considera cumple los requisitos.

Otro sospechoso habitual, la Sicav, sociedades utilizadas —en el dictamen populista— por las grandes fortunas para ahorrarse los impuestos y que, caso de alterar su funcionamiento, nos permitirá pagar un estado del bienestar todavía más amplio. No es verdad, por supuesto, incluso el exministro Miguel Sebastián ya ha pedido menos demagogia sobre el particular. Si los recursos que están hoy invertidos en esas sociedades tributaran como otras, y suponiendo que se mantuviesen en nuestro país, lo que ya es suponer, el ingreso para las arcas públicas sería de menos de 600 millones de euros .

Sería exigible un debate serio sobre estos asuntos que tienen una repercusión notable en cómo se nos ve desde el exterior, dotando de certidumbre jurídica las inversiones y los patrimonios, dejando las ocurrencias para los platós televisivos. Al tiempo, sería pertinente dejar de confundir evasión con elusión fiscal o hacer creer a la gente que todo se arregla combatiendo el fraude, lo que siendo necesario no constituye la salvación de unas depauperadas cuentas públicas que no soportan nuevas veleidades. Pero estamos en campaña, siguiendo el viejo chiste cubano, Fidel hace como que nos paga y nosotros que hacemos como que trabajamos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación