José Francisco Fernández Belda - Viviendo en San Borondón
I Fórum Marroquí-Español en Dakhla (1)
Se iniciaba un periplo inolvidable, todo ello con una encantadora naturalidad bereber
Durante la semana del 22 al 26 de febrero, se celebró en la ciudad de Dakhla, antigua Villa Cisneros como recuerdan con afecto sus propios habitantes, la Primera Edición del Fórum Socio-cultural y Económico Marroquí-Español. Un nutrido grupo de unas 18 personas de Canarias asistieron como invitados a participar activamente en este evento singular como representantes de esos tres aspectos vitales de las relaciones humanas que se pretendía cubrir.
Aunque no se dijera expresamente en los papeles impresos y la cartelería, la presencia canaria era muy esperada por los saharauis y considerada fundamental para los objetivos que se proponía este Fórum, que no eran otros que establecer o reforzar los lazos socio-culturales y económicos pasados, presentes o futuros entre nuestro archipiélago y aquellas tierras, otrora provincia española y siempre tan sentimentalmente unida a Canarias.
Por eso en la comitiva había directivos de organizaciones empresariales, representantes de inversores, empresas relacionadas con las energías complementarias, una artesana y gentes de la cultura y la universidad. En esta ocasión viajaban también en la comitiva dos profesores norteamericanos, uno de ellos especialista en arquitectura islámica en la Universidad de Chicago.
Sabido es que este tipo de encuentros son con frecuencia imprevisibles en su desarrollo, por muy bien que se tengan planificados. Eso forma parte de su encanto. Es también de sobra conocido que a la vez suelen crearse entre los asistentes lazos de amistad, entendimiento y comprensión mutua de los problemas, barreras o dificultades técnicas y administrativas con las que se enfrentan los agentes económicos y los gestores de actividades socio-culturales para establecer relaciones permanentes, beneficiosas para ambas partes, autosostenibles en el tiempo y sin necesidad de inyectar permanentemente dinero público para mantenerlas vivitas y coleando. Lo importante no son las ponencias, lo son las conversaciones cara a cara.
El conocimiento y las relaciones personales son básicas para establecer vínculos sólidos, muchos de ellos basados en la confianza mutua y en intereses compartidos. Y eso es cierto, no sólo para el conjunto de los asistentes, sino especialmente para los miembros que comparten la expedición . En este caso el grupo canario empezó a conocerse y a tratarse en el aeropuerto de Gran Canaria, donde el periodista Manuel Vidal actuó de coordinador.
Ya en Casablanca, la concejal de Dakhla doña Saadía Aaddourrane hizo los oficios de cicerone como sólo una marroquí sabe hacerlo. Demostró su innato sentido de la hospitalidad para hacernos sentir como en nuestra propia casa. Se iniciaba un periplo inolvidable, todo ello con una encantadora naturalidad bereber. Por ello, su recuerdo y su amistad han quedado para siempre en nuestra alma, ya bastante atrapada por la naturaleza y bellezas del Sahara. Hay que reconocer que las bandejas de deliciosos pastelitos morunos, también ayudaron lo suyo.
Durante la lluviosa mañana que pasamos en Casablanca, fue de gran interés la visita a la Gran Mezquita Hassan II. Su grandiosidad, detalles arquitectónicos y sus amplios espacios, atraen la mirada de los visitantes, que como turistas al más puro estilo oriental, queremos dejar constancia gráfica de los infinitos detalles ornamentales que allí pueden encontrarse.
Con un sabroso y, como siempre, muy abundante almuerzo se asientan las madres para salir en avión hacia Dakhla unas horas más tarde. Al día siguiente, se empezarían las jornadas del Fórum. Cada uno repasaba las ponencias y ofertas que se presentarían. Mientras tanto ¡y llovía, llovía!, como dice la canción. Pero de eso ya se hablará en la próxima entrega...