Fast ferries en Canarias, un viaje 'mortal' para las ballenas
Los investigadores contabilizaron en 2015 una población de ballenas de 244 ejemplares en zonas sensibles y que podrían ser víctimas del impacto por fast ferry
El pasado 20 de abril, usuarios a bordo del fast ferry que cubre el trayecto Gran Canaria-Tenerife de Fred Olsen avisaron a medios locales de que la embarcación había colisionado gravemente con una ballena durante el viaje.
Aseguraron haber visto al animal, muerto, partido en dos por el golpe . La empresa negó los hechos, asegurando que no había habido incidentes en esa ruta y que el barco había salido y llegado sin percances dentro de los horarios previstos. Este suceso, real o no, sí que reabrió el debate sobre un problema que ya ha ocurrido antes en las islas: fast ferries y ballenas .
Hoy, el diario 'The Times' recoge en un artículo el trabajo del IUSA-ULPGC titulado 'Canary Islands fast ferries taking a deadly toall on whales' ( Los fast ferries en Canarias causan un daño mortal a las ballenas ), con el que los expertos dan una vuelta de tuerca más a una reflexión que lleva años sobre la mesa.
El equipo de Patología Veterinaria del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la ULPGC, liderado por el catedrático Antonio Fernández, son protagonistas de este artículo publicado en el Reino Unido por 'The Times', que señala que los ferries, muy usados por un gran número de turistas, están causando daños en una región ecológicamente muy sensible y que las ballenas con signos de colisión por grandes barcos aparecen todos los años en las costas canarias.
Los investigadores de la ULPGC consideran en este artículo que el número de ballenas muertas por colisión debe ser superior al contabilizado porque es imposible conocer el número de colisiones que se producen. En el año 2015 se estimó una población en la zona de 224 ballenas y teniendo en cuenta su plazo de reproducción, la tasa de muertes por esta causa podría superar el de nacimientos de cachalotes y ser una amenaza real para la especie.
Las colisiones con barcos grandes o fast ferries aumentaron desde 1999 por el incremento de la velocidad de los transportes marinos en más del doble que los ferries convencionales. En estos momentos se registran más de 20.000 conexiones de este tipo entre las islas del archipiélago.
Los científicos consideran que la solución a las colisiones podría estar en marcar unos límites de velocidad en zonas específicas donde se sabe que las ballenas se congregan. Además, el Gobierno de Canarias financia un proyecto piloto para incluir cámaras térmicas en los barcos para detectar la presencia de ballenas. Fred Olsen Express, la compañía con más rutas fast ferries de las islas apuesta por este proyecto, tal y como ha señalado la empresa.
Un tesoro bajo nuestras aguas 🐬 pic.twitter.com/pjRcXQKOPn
— Fred. Olsen Express (@FOexpress) April 13, 2022
A principios de marzo, el documentalista Felipe Ravina recibió una llamada en la que le informaban de que un cachalote muerto había sido visto flotando en la costa sur de Tenerife, partido en dos . Fue a Los Cristianos, un puerto que sirve como una de las principales conexiones de ferry con el resto del archipiélago canario y grabó pruebas suficientes para que los patólogos veterinarios de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria concluyeran que había muerto en una colisión con un ferry de pasajeros . «Este no es un caso aislado», dijo Ravina en aquel momento, «todos los años aparecen cachalotes con signos de colisión con grandes barcos», a veces arrastradas o muertas en el agua, a veces cortadas por la mitad .
Una cuarta parte de las muertes
El artículo de 'The Times' advierte que este tipo de colisiones en Canarias se producen a un ritmo alarmante a medida que aumenta la densidad y la velocidad del tráfico marítimo en una de las zonas de cría de la especie. Cada año, los patólogos examinan unas 60 ballenas y delfines que han aparecido en las playas o que se encuentran flotando muertos en la costa. Una cuarta parte de las muertes se deben a la actividad humana , ya que las criaturas han sido golpeadas por transbordadores o buques de carga, o atrapadas en redes de pesca.
También recuerda que en 2004 se cancelaron las maniobras militares con sonar en Canarias por un estudio del mismo grupo del IUSA de la ULPGC al comprobarse que causaban varamientos masivos de cetáceos al ser dañados por las burbujas de gases, alcanzando enormes concentraciones de nitrógeno en los zifios que morían por la denominada 'descompresión del buceador'. Este es un asunto que ha vuelto al candelero a causa de la intención de Marruecos de reactivar prospecciones petrolíferas en los límite de las aguas canarias.
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