El espía alemán que ayudó a Franco en Canarias
La temida base Etappendienst tenía casi tanto presupuesto para Canarias como para el resto de España: 1 millón de marcos de 1936
La vida de Francisco Franco en las islas Canarias no llamaba la atención solamente al Gobierno de la República. El Tercer Reich también se trabajó un especial seguimiento sobre el futuro jefe del Estado desde 1939. Los pasos de Franco en Canarias eran controlados desde los consulados alemanes en Tenerife y Gran Canaria y empresas ficticias radicadas en las islas.
Canaris, el jefe del servicio secreto de Hitler, tenía especial interés por las islas. Desde Gran Canaria quería dar el asalto a Agadir y a Senegal. Franco llegó a Canarias el 12 de marzo de 1936. El gobernador civil ya tenía instrucciones de reportar sobre su presencia en Tenerife a Madrid. Pero Alemania tenía otro marcaje planeado nada más llegar a Tenerife. Los archivos microfilmados de aquella época narran detalles sobre los intereses en las islas por parte de Alemania.
Un aparente comercial avanzado ya en los cuarenta años de edad y empleado de la empresa industrial portuaria Sauermann elaboraba informes que acababan en el despacho de Canaris, perfecto conocedor del archipiélago canario por su etapa de marino.
Edmond Niemann, que aparecía en los papeles simulando ser español de nombre Pablo García , alarmó a Canaris con datos sobre la agenda de Franco en las islas. Esto motivó que Alemania decidiera redoblar sus esfuerzos en hacer un seguimiento al futuro jefe del alzamiento.
Marcaje
Niemann era uno de los muchos agentes que Alemania tenía en Canarias pero estaba en nómina y, de ahí, que los informes que remitía a Canaris tenían prioridad a la hora de realizar su tratamiento. A partir de la lógica plasmada por Edmond Niemann , Canaris pudo teorizar con que el destino de Franco pasaba tras Canarias por Marruecos.
Este agente alemán fue uno de los que reportó del encuentro entre Franco y el almirante Javier de Salas para el traslado de tropas desde la costa norteafricana a la Península, que no se ejecutó finalmente. Y es que el 11 de mayo de 1936 Franco mantuvo un encuentro con De Salas en Tenerife.
Meses después, argumentando el funeral del comandante de Las Palmas, el 17 de julio Franco estaba en la capital grancanaria. Edmond Niemann haría guardia en el Hotel Madrid para ver los acontecimientos. Y en ese hotel es donde Franco recibe el primer telefonema anunciando sublevación procedente de Tenerife con noticias de Melilla.
96.000 dólares era la cifra para pagar informantes y 600.000 dólares de 1936 para maquinaria de buques
Tras quedarse Franco estancado en el norte de África, Canaris, con el que Franco se reunió en Madrid en 1935, envió apoyos a Franco a través del agente Beigbeder en Marruecos, donde dirigía la Oficina de Asuntos Nativos: Diez aviones JU-52 de transporte pagados por empresas privadas alemanas.
Un comerciante alemán llamado Johannes Bernhardt y Adolf Langenheim, el líder nazi de Tetuán, mediaron con el III Reich en Berlín el 24 de julio de 1936 con aviones alemanes que fueron confiscados en Gran Canaria tras el trabajo llevado a cabo por Edmond Niemann. El 25 de julio de 1936 Hitler analiza la petición de Franco con Goering, Blomberg y Canaris, que tiraba de la memoria por los informes de su Edmond Niemann .
Al día siguiente, el Ministerio de Aviación del Reich organizó un puente aéreo al Marruecos español. A mediados de octubre, se ya habían descargado en Andalucía 13.000 soldados y 270 toneladas de suministros. La perspectiva de expandir el poder fascista en el Mediterráneo a costa de desangrar a España se había ejecutado.
A finales de octubre de 1936, Canaris, con nombre en clave de Guillermo, llegó a Salamanca. Ahí se plasmó el encuentro con un abrazo. El 6 de noviembre, 6.500 integrantes de la Legión Cóndor estaba ya en Sevilla.