Al menos 62 muertos en el Atlántico al volcar una patera que se dirigía a Canarias
El naufragio de ayer confirma que los inmigrantes están optando por cambiar la ruta ante el cierre de fronteras de Europa en el Mediterráneo
Las Islas Canarias han sido siempre un gran reclamo para la inmigración debido a su cercanía con el continente africano. Por el año 2006 el archipiélago ya vivía una situación desbordante y dramática con más de 30.000 indocumentados, algo que se fue suavizando con el paso de los años y tras el estallido de la guerra civil en Siria, cuando refugiados e inmigrantes han preferido optar por la vía mediterránea para cruzar a Europa.
No obstante, este año se está produciendo un repunte de pateras con destino al archipiélago. Según datos del Ministerio del Interior, este curso han llegado a las islas 1.987 personas , un incremento del 57,3% respecto a los 1.263 que habían llegado en 2018 en estas fechas, tendencia contrastante con el la considerable bajada que ha experimentado la ruta del Mediterráneo desde los meses de verano, algo que no ocurría desde hace más de dos años.
En la mañana de ayer naufragó una embarcación provocando la muerte de al menos 62 inmigrantes procedentes de África , mayoritariamente gambianos y senegaleses, que iban rumbo a las Islas Canarias, entre los cuales había un niño y tres mujeres. La patera, que ya llevaba una semana de recorrido, había salido el pasado jueves desde las costas de Gambia con alrededor de 150 ocupantes de distintas nacionalidades a bordo.
Ayer, cuando estaban a la altura de Nuadibú, cerca de la frontera entre Mauritania y el Sáhara Occidental que vendría siendo aproximadamente la mitad de las más de mil millas de travesía, la embarcación, que según testimonios de los supervivientes viajaba siempre cerca de las costas, golpeó un arrecife y volcó. Una vez en el agua, solo las 84 personas que sabían nadar pudieron llegar hasta la costa de Mauritania y salvar la vida.
Tras hallar a los supervivientes, las autoridades mauritanas los llevaron hasta un lugar seguro, donde les proporcionaron cuidados, víveres, ropa y mantas. Sin esperanzas de encontrar ningún superviviente en el mar, se ha continuado con el rastreo en busca de cuerpos con la intención de recuperar los cadáveres que, en algunos casos, el propio oleaje los ha arrastrado a tierra.
Con estos de ayer, según la Organización Internacional de Migración ya son 150 inmigrantes los que han perdido la vida en el Océano Atlántico soñando con alcanzar las costas canarias en el año 2019, cifra a la que hay que sumarles las 348 que lo han hecho en el Mediterráneo Occidental en busca de costas españolas.
Cambios de ruta
La noticia de ayer confirma una tendencia que desde hace meses ya parece evidente. Las mafias que controlan las rutas de inmigrantes han cambiado de destino después de que el Mar Mediterráneo se haya cobrado 15.000 víctimas desde el año 2015 y Europa haya puesto líneas rojas ante la masiva llegada de indocumentados a sus costas. Ahora, parece, que apuestan por travesías más largas con salida desde Gambia o Senegal para dirigirse al archipiélago canario.
En apenas una semana y media, unos bañistas rescataban a 24 inmigrantes que llegaban a la Playa del Águila, Gran Canaria, entre ellos seis niños y dos mujeres embarazadas; y unos turistas británicos se veían obligados a detener su excursión de avistamiento de delfines para socorrer otra patera con una docena de inmigrantes magrebíes, hecho del que se hicieron eco los medios ingleses.
Desde las instituciones y ONG’s de Canarias, se invita a la reflexión sobre cómo abordar este delicado tema y cómo poder atender la llegada masiva que están experimentando las islas que ven sus centros, ahora mismo, desbordados.