Pablo Paz - Arando en el mar

Canarias se abraza al sol

Cualquier circunstancia propia, pero sobre todo ajena, nos puede dejar sin cesta y hasta sin huevos

Pablo Paz

Si hablamos de macroeconomía, y atendiendo al nivel de gasto del año pasado, Canarias sale fortalecida; pues, junto a Euskadi y Galicia, ha sabido, con un 0,54 %, controlar el déficit público autonómico que estaba fijado en el 0,7 % del PIB; y como respuesta a ello, o quizás como premio, el ministro Montoro ha declarado en sede parlamentaria que dichas comunidades “cumplidoras”, tendrán su particular “reconocimiento o ventaja” que les suponga una mejora en sus futuras financiaciones, que podría traducirse en seguir manteniéndoles el 0 % además de ceder en el férreo control de sus economías, cosa que no hará con las demás comunidades autonómicas “incumplidoras”.

Pero si esta es la cara, la cruz ha venido en cierta medida reflejada en las páginas del último informe editado por la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) y titulado: “Papeles de economía española” donde, con respecto a Canarias, pone de manifiesto algo que, aunque nos parezca una obviedad, tiene su particular punto de preocupación como el hecho de que “Canarias depende –mucho- del turismo”. Tanto que, con los años, esta circunstancia está acentuando su dependencia económica poniendo en riesgo su propio futuro; porque es como poner todos los huevos en una misma cesta; y, como se suele decir en estos casos, cualquier circunstancia propia, pero sobre todo ajena, nos puede dejar sin cesta y hasta sin huevos.

Es necesario, pues, reflexionar sobre dicho informe ya que, si en los años anteriores a la crisis Canarias basaba su economía en el binomio turismo-construcción, para pasar directamente a quedarnos con el monocultivo “sol-playa”, desechando por pura desidia o por comodidad, o por pensar que el dinero del turismo era y es un dinero fácil, directo, sin complicaciones; olvidándonos de otros sectores como la industria, la agricultura, la ganadería o las nuevas tecnologías; ahora, nos vemos abocados a tener que buscar otras soluciones que tienen necesariamente que pasar por la diversificación de nuestra economía como medio para huir de la vulnerabilidad a la que estamos sometidos y no terminar abrazados por el sol de la crisis.

No obstante, el turismo sigue siendo el motor de nuestra economía y el principal artífice de que nuestro producto interior bruto (PIB) pueda volver a tener cifras iguales a las que teníamos en años anteriores a la recesión. Es más, pese a que el informe de Funcas, prevea una moderación en el crecimiento del PIB del archipiélago para los próximos años, no hay que olvidar que existen otros informes y estudios, como los del BBVA o los del propio Gobierno Central, donde pronostican un cierto crecimiento de nuestra economía por encima incluso de lo que ha previsto el gobierno canario en sus presupuestos, volviendo a liderar dicho crecimiento en términos de PIB dentro del conjunto del Estado español.

Sin embargo, no estaría de más no olvidarnos de que los pueblos que dan la espalda a sus costumbres – incluidas las actividades tradicionales-, por aquello de que es más rentable a corto plazo generar recursos económicos a través de las actividades turísticas, se termina generando una tendencia que aboca, irremediablemente, al monocultivo industrial que, como consecuencia de ello, terminará afectando de forma negativa, no solo a la sostenibilidad del territorio, sino a la propia economía.

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