La balsa liberal con 11 desconocidos que cruzó el Atlántico desde Canarias en 1973

El director Marcus Lindeen recrea este experimento sobre la convivencia humana en una película que se estrena en Suecia

R.L.P.

Una producción sueca recrea la experiencia de la balsa Acali en 1973, que en los países nórdicos llamaron « Sexflotten ». Fue en 1973. Eran 11 desconocidos que hizo la ruta entre el Puerto de Las Palmas y México. El experimento quería analizar la situación de 11 personas, entre ellos un sacerdote, en sitaciones límite. Así lo contaba ABC .

Este viaje buscaba teorizar sobre las conductas y la violencia entre un grupo de personas expuestas a la inestabilidad del mar. Por eso, la prensa europea de la época lo denominó como el barco del sexo. Entre los integrantes del experimento, el investigador y antropólogo gallego Santiago Genovés, fallecido en 2013, y que formó parte de la tripulación del explorador noruego Thor Heyerdahl .

La embarcación fue creada por el propio Santiago Genovés y llevaba cinco toneladas de alimentos y agua en sus siete metros de ancho por 12 metros de largo. Solamente se movía a vela . El investigador conocía como las respuestas en situaciones límite por su experiencia en el Pacífico con Heyerdahl al tratar de demostrar, en una balsa de troncos, que fueron nativos americanos y no los europeos quienes primero poblaron la Polinesia.

Curiosidad

Como detalle del proyecto: Las necesidades de la tripulación eran visibles. Se buscó que la mayor parte de los participantes estuvieran casados y con hijos menores. Respondieron en la travesía un total de 46 cuestionarios que generó 8.079 respuestas. Llegaron a Cozumel pasados los 101 días. En México, cada viajero fue y observado por psiquiatras, psicólogos y médicos .

Estos estudios que siguieron al viaje no darían ningún resultado reseñable , al contrario de lo que pensaba Genovés . En su libro Acali, publicado en 1975, el antropólogo consideró haberse encontrado a un «hombre nuevo» que era «libre de ambiciones territoriales y de impulsos agresivos o sádicos».

La expedición salió de La Palmas rumbo a México el 13 de mayo de 1973 con once personas de once nacionalidades distintas y de cuatro continentes. Además del explolador gallego, había una mujer sueca, una médico islaerí, un fotógrafo japonés, un restaurador griego, un sacerdote de Angola , una norteamericana blanca, una mujer afroamericana, una mujer argelina, un uruguayo y una mujer francesa. La mujer sueca tiene este 2018 75 años y se llama Maria Björnstam. Este mes de septiembre ha dicho en Estocolmo que «el proyecto despertó mi curiosidad pero hubo depresión entre los participantes».

Mujer al frente

En ese experimento, año 1973, Genovés impuso que una mujer fuese la capitán de la balsa. La médico de Israel, era responsable de la salud de los pasajeros. La capitán sueca generó problemas . Rachida, la mujer argelina, era indisciplinada en sus deberes. La mujer procedente de Francia se pasaba buena parte del trayecto pendiente de su piel y e l sacerdote de Angola olía mal porque no le gustaba bañarse y generaba problemas que, entre otros, se resolvió obligándole a bañarse tres veces al día.

La travesía , a pesar de que los medios de la época decían que era un ambiente liberal, fue un aburrimiento . El antropólogo gallego dejó escrito: "Era un lugar vacío de camaradería lo que estábamos desarrollando a bordo".

Tensión

En alta mar se produjo un accidente el 13 de julio de 1973 porque se rompió parte del timón. Todos los tripulantes, en esa aunsencia de compromiso colectivo, ocuparon sus posiciones y se arregló todo sin problemas. En este experimento en alta mar, se sometió a votación pasar un día entero desnudos en la balsa: 6 votos a favor y 5 en contra. ¿Dormir todos juntos? Cuatro a favor, siete en contra. ¿Crear parejas? Dos síes, seis en contra y tres abstenciones.

Jose María Montero, fallecido en 2013, antropólogo, sobre la conducta míntima en la balsa dijo: «La vida sexual en ese ambiente tan promiscuo no fue lo que la gente se imaginó . Fue pobre y escasa. Cualquiera que haya navegado sabe lo que significa andar en una balsa tan endeble a la que solo le impulsa una vela. Las guardias hay que respetarlas y la intimidad casi no existe». Sin embargo, en la prensa nórdica de aquella época el experimento generó el término « Sexflotten ».

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