Sucesos

Temen que el calor destruya restos biológicos del bebé cuya cabeza ha aparecido en un vertedero de Zaragoza

La Guardia Civil analizará los camiones de basura para intentar acotar la zona en la que fue tirado el cuerpo

Agentes de la Guardia Civil, en el dispositivo de búsqueda desplegado en la planta de residuos de Zaragoza Fabián Simón

Roberto Pérez

La Policía Científica de la Guardia Civil trabaja contrarreloj para recoger el mayor número de restos biológicos posibles con los que poder avanzar en la investigación sobre el caso de la cabeza de bebé que ayer apareció en un centro de tratamiento de residuos de Zaragoza , en el barrio de La Cartuja. El calor puede frustrar la búsqueda, ya que unas altas temperaturas favorecerían la descomposición y la pérdida de esos restos biológicos.

Una veintena de agentes siguen trabajando sobre el terreno para tratar de encontrar el cuerpo del bebé, esencial para facilitar la identificación y ayudar a la investigación forense sobre las circunstancias en las que murió. Una de las incógnitas a despejar es si fue tirado a la basura vivo o muerto.

Un operario que trabajaba ante una de las cintas transportadoras de este centro de recogida selectiva de residuos se topó con la cabeza del bebé en la mañana del pasado martes. Durante el resto del día se buscó el resto del cuerpo, tareas que continuaron ayer miércoles, sin que haya dado resultado hasta el momento. Este jueves se reanuda el dispositivo de búsqueda, en el que participa una unidad canina especializada en localización de restos cadavéricos, procedente de la base que tiene la Guardia Civil en El Pardo (Madrid).

De momento, los esfuerzos se centran en la búsqueda del cuerpo, por lo que todavía no se ha empezado la investigación de los camiones en los que pudo llegar el bebé.

El cuerpo fue tirado a un contenedor callejero de basuras domiciliarias, pero no se sabe en qué punto de Zaragoza o de alguno de las otras 60 poblaciones del entorno de la capital aragonesa cuyos residuos urbanos son transportados a diario hasta esta planta de tratamiento. Lo más que se ha conseguido acotar es un número determinado de camiones que coinciden con los que en esa franja horaria depositaron sus cargas en esta planta de La Cartuja. Cada camión recoge a diario más de 150 contenedores de basuras.

A partir de ahí, habrá que analizar uno a uno esos camiones, en busca de restos biológicos humanos compatibles con los del bebé. Son unas tareas complicadas, y se teme que las temperaturas del verano las dificulten todavía más. Tanto ayer como hoy, en Zaragoza se registran temperaturas suaves para esta época del año, pero el viernes empezarán a repuntar. Se teme que unas altas temperaturas acaben con esos posibles restos biológicos que aún existan.

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