Gasto público
La ruina inmobiliaria de la «Expo del Agua»: 319 millones invertidos y solo 32 recuperados
Las pérdidas acumuladas en nueve años por esta sociedad pública del Gobierno aragonés rondan los 700 millones de euros
La Exposición Internacional que albergó Zaragoza en el año 2008, la «Expo del Agua» , sigue siendo un negocio ruinoso casi diez años después de que se celebrara. La muestra duró tres meses, pero conllevó un gasto público de cientos de millones de euros que se anotaron como pérdidas. Y los números rojos siguen disparados en una sociedad que, solo en gastos de personal, desembolsa cada año más de un millón de euros .
A partir de ahí, se auguraba la reconversión del recinto para convertirlo en una gran centro de negocios, de oficinas a la venta y en alquiler. Nueve años después, casi la mitad de todo ese parque de oficinas sigue vacío, y las que están ocupadas las paga en su inmensa mayoría la Administración, que es -a la vez- dueña e inquilina.
Según un informe de la Cámara de Cuentas de Aragón, en la construcicón del recinto que albergó la Expo -los pabellones para los países expositores y los edificios emblemáticos a los que no se puede dar uso comercial- se gastaron 197 millones de euros de fondos públicos.
Tras terminar la Expo -se celebró entre junio y septiembre de 2008- se afrontó la remodelación de los pabellones para convertirlos en lo que son hoy, vistosos edificios de oficinas. En esa reconversión se fueron otros 121,8 millones de euros.
Es decir, solo en obras se fulminaron 319 millones de euros de dinero público . Cuando se proyectó la Expo de Zaragoza se auguró que las inversiones iban a rentabilizarse con la comercialización posterior de esos espacios. Sin embargo, la realidad ha sido otra. De hecho, hoy por hoy solo se han recuperado poco más de 32 millones de euros , que es lo que se ha conseguido ingresar por ventas de inmuebles en el recinto que albergó la Expo del Agua.
La crisis inmobiliaria tumbó aquellas optimistas expectativas. Pero ahora, pasada la crisis, las cuentas siguen sin salir. De hecho, se antoja complicado recuperar los cientos de millones de euros que se han ido por el camino hasta la fecha. Ni siquiera se acierta a intuir el día en el que podrá haberse saldado todo lo perdido .
Al dinero que costaron las obras hay que sumar los millones -unos cientos más- que se fueron en organizar y celebrar la Exposición Internacional, en gestionar la sociedad pública que la gestionó -que por entonces controlaba el Estado- y en el funcionamiento de la empresa pública heredera, la actual Expo Zaragoza Empresarial, que pertenece al Gobierno aragonés.
Pérdidas acumuladas de 700 millones de euros
Echando cuentas, la diferencia entre todos los gastos e ingresos acumulados arrojan la friolera de unos 700 millones de euros de pérdidas arrastradas , saldo que incluye también los fondos públicos que se han tenido que ir inyectando en esta empresa pública para mantenerla a flote. Y el coste para las arcas públicas sigue sumando millones año tras año, porque el «negocio» inmobiliario de Expo Zaragoza Empresarial sigue corriendo a costa de la Administración.
A falta de empresarios privados dispuestos a comprar o alquilar oficinas, la inmensa mayoría de las que están ocupadas ahora las pagan diversos organismos públicos . El Gobierno aragonés es el mejor ejemplo de esa paradoja: es el dueño de este gran parque de oficinas, pero también su mejor «cliente», porque desembolsa cada año 7,5 millones de euros por el edificio que ocupa para la Ciudad de la Justicia. Y no es el único ocupado por organismos o departamentos del Gobierno aragonés.
Pese a las continuas inyecciones de fondos públicos para mantener a flote las ruinosas cuentas de Expo Zaragoza Empresarial, esta empresa pública del Gobierno aragonés sumó 6,6 millones de euros de pérdidas en 2015. Un año antes los números rojos fueron también millonarios, y en 2013 llegaron a alcanzar los 22 millones de euros. Tres botones de muestra de la complicada evolución de una sociedad pública inmobiliaria que, tras celebrarse la Expo de 2008, ya se había anotado unas pérdidas contables de 501,8 millones de euros.
Deuda y alquileres, otro gasto multimillonario
Pero el coste no acaba ahí. Cada año que pasa sigue sumando números rojos, y por varias vías. A lo que el Gobierno aragonés -y otros organismos públicos- desembolsan cada año en concepto de alquileres se suma el coste de la tremenda deuda financiera que llegó a acumular Expo Zaragoza Empresarial y que ha asumido directamente el Ejecutivo regional para que esta sociedad no acabara en la quiebra absoluta. En total, el Gobierno aragonés se ha hecho cargo de 113 millones de euros que debía esa empresa pública. Ahora es el Gobierno autónomo el que, con cargo al presupuesto de todos los aragoneses, va «digiriendo» esa enorme losa a golpe de talonario, para pagar cada año amortizaciones e intereses por aquella voluminosa deuda financiera.
El balance económico es contundente: nueve años después de que se celebrara la Expo de Zaragoza, solo se ha comercializado el 53% de los espacios que se pusieron a la venta y que costaron 319 millones de euros. Y, de los que se han comercializado, solo el 19% se han vendido -entre los compradores constan varios organismos públicos-. El resto están alquilados, y el 97% de esos espacios arrendados los ocupan entidades oficiales . Es decir, esos alquileres los paga la Administración. La «factura» supera los 10 millones de euros anuales.