Defensa
Regresan a Zaragoza los F-18 que han vigilado el cielo del Báltico frente a Putin
Han llevado a cabo 254 salidas y han sumado 586 horas de vuelo durante sus cuatro meses de misión OTAN
![Un caza, en las pistas de la Base Aérea de Zaragoza](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2017/09/06/aragon_f18-U10108044856itD--1240x698@abc.jpg)
Los efectivos de la Base Aérea de Zaragoza desplegados en el Báltico en abril han dado por completada su misión de vigilancia del espacio aéreo de las repúblicas bálticas, en el marco de la operación de seguridad que lleva a cabo la OTAN para proteger de posibles amenazas rusas a Lituania, Letonia y Estonia .
Completada su misión, han regresado a Zaragoza los cinco cazas F-18, nueve pilotos y personal militar técnico y de apoyo que se desplazaron hasta las repúblicas bálticas en abril. Durante cuatro meses han ejercido, bajo mandato de la OTAN, como policía aérea . Su objetivo ha consistido en vigilar el espacio aéreo para controlar posibles incursiones rusas. Se trata de un dispositivo de vigilancia que se reforzó en abril de 2014, tras el inicio de la crisis con Rusia.
Durante los cuatro meses de su misión, estos cazas españoles han realizado patrullas en el espacio aéreo del Báltico, concretamente han efectuado 254 salidas y 586 horas de vuelo.
Este despliegue tuvo lugar atendiendo a lo previsto en el calendario de rotaciones de la Alianza Atlántica. Los cazas pertenecen al Ala 15, con sede en Zaragoza, se han desplegado junto con 128 efectivos en la base aérea de Ämari (Estonia) y han sido relevados por militares belgas.
Esta ha sido la primera vez que estas aeronaves participan en este tipo de misión, si bien no es la primera vez que España forma parte de ella. Las Fuerzas Armadas españolas desplegaron durante el primer trimestre de 2015 y el primero de 2016 cuatro cazas ‘Eurofighter’ en destacamentos de Lituania. Durante su despliegue realizaron interceptaciones de aviones rusos en el Báltico.
Los F-18 de la Base Aérea de Zaragoza protegían el espacio aéreo de soberanía de los Estados bálticos al no disponer éstos de recursos suficientes para llevar a cabo esta labor, además de contribuir al tránsito seguro del tráfico aéreo de un área de entre 60.000 y 80.000 kilómetros cuadrados.
Los pilotos hacían cuatro vuelos al día, en dos periodos con dos aviones, que les sirvía de entrenamiento. No obstante, en algunos casos se les ha derivado a misiones reales porque algún avión externo entraba o se aproximaba al espacio aéreo de la Alianza Atlántica.