Política
Podemos se une a la «batalla del Ebro» del independentismo catalán
Secunda el insistente empeño de los secesionistas por controlar el agua del mayor río de España frente al resto de regiones
Podemos se ha alineado con los partidos independentistas catalanes en el persistente empeño de estos por controlar el caudal del Ebro frente al resto de comunidades autónomas que atraviesa el mayor río de España.
El nacionalismo catalán lleva años intentando que la Generalitat tenga un plus de control sobre las aguas del Ebro frente al resto de regiones . A punto estuvo de conseguirlo durante la etapa de Zapatero, cuando el Ejecutivo socialista llegó a considerar otorgar al gobierno catalán la potestad de decidir bilateralmente con el Estado -al margen del resto de autonomías- el caudal del Delta.
Aquel intento, finalmente, no cuajó. Desde el resto de regiones de la cuenca del Ebro -sobre todo desde Aragón- se advirtió que decidir cuánta agua tiene que llegar al Delta por obligación legal -los independentistas aspiran a fijar como caudal mínimo el triple del que tiene ahora reconocida la desembocadura- sería tanto como poner un «grifo» en manos de la Generalitat y en detrimento del resto de regiones de esta cuenca hidrológica. En síntesis -advirtió en aquel momento el PP y sigue advirtiéndolo- tendría similares efectos a los de un trasvase: las regiones situadas aguas arriba se verían forzadas a dejar correr una gran cantidad de agua, sin poder aprovecharla , para garantizársela al tramo catalán del Ebro.
No solo condicionaría el potencial económico futuro sino que incluso -advierte el PP aragonés- comprometería el tejido productivo que ya tienen acutalmente esos territorios situados aguas arriba de Cataluña.
Dos nuevos intentos en seis meses
Los partidos independentistas catalanes no se han dado por vencidos y siguen manteniendo sus aspiraciones para disfrutar de un control especial sobre las aguas del Ebro. Algo que está coincidiendo con la etapa en la que se ha disparado el órdago secesionista de los partidos soberanistas catalanes.
Ahora lo intentan articular a través de nuevas iniciativas parlamentarias con las que revisar la normativa hídrica española y que se les reconozca un derecho de caudales del triple del que tiene reconocido el Delta desde hace años.
Y, en esta maniobra, los partidos independentistas catalanes están contando con el respaldo abierto de Unidos Podemos -y con la ambigua posición de los socialistas, que no votan a favor de estas pretensiones catalanistas, pero tambpoco en contra: se abstienen-.
Hace seis meses se produjo un intento en este sentido en el Congreso, con una iniciativa planteada por los partidos catalanes que no prosperó. Ahora lo han vuelto a intentar con otra propuesta similar, que tampoco ha salido adelante, pero que ha permitido remarcar las posiciones de unos y otros. Este último intento se votó este miércoles en la comisión de Medio Ambiente del Congreso y fue tumbada gracias a los votos en contra del PP y de Ciudadanos; la propuesta fue presentada a votación por Convergencia -la anterior la había propuesto ERC, sus socios en la Generalitat- y fue respaldada por Unidos Podemos.
En total, 17 votos en contra -los de PP y Ciudadanos-, 10 a favor -los nacionalistas catalanes y la formación de Pablo Iglesias- y la abstención de los representantes socialistas, que para evitar un problema interno optaron, a la hora de votar, por sustituir a su diputado aragonés en esa comisión por otro de fuera de Aragón.
PP: «pretenden un soberbio disparate»
El parlamentario zaragozano del PP Eloy Suárez tiene claro que este persistente -y veterano- empeño de los independentistas catalanes por aumentar decisivamente su control sobre el Ebro desde la desembocadura entronca con la «hoja de ruta» secesionista . Suárez lo tiene claro: «aceptar la pretensión catalana de multiplicar el caudal ecológico en el Delta sería un soberbio disparate que dejaría cautivos al resto de territorios de España por los que discurre el Ebro» .
De paso, la postura del independentismo catalán -secundada por Podemos- arremete contra las reservas hídricas regionales que reconoce la actual legislación hídrica española. La mayor de ella es la que tiene reconocida Aragón: 6.550 hectómetros cúbicos de aguas de la cuenca del Ebro, para lo que hace falta una red de embalses que se decidió construir en 1992 -Pacto del Agua de Aragón- y que, casi 25 años después, aún no se ha completado. Desde la órbita secesionista catalana y desde Unidos Podemos se arremete abiertamente contra esos planes de embalses.