Paulita, primer aldabonazo de la temporada

Y van tres. Por tercer año consecutivo, el torero aragonés Luis Antonio Gaspar «Paulita» , se ha hecho con la primera feria de la temporada taurina, el ciclo de la Candelaria de la localidad madrileña de Valdemorillo , que da oficialmente el pistoletazo de salida a cada año de toros en España.

Paulita le cortó dos orejas a un buen toro de Monte la Ermita en una faena que, pese a los altibajos, tuvo una rutilancia especial cuando el diestro de Alagón toreó con la mano derecha. Se siente a gusto Paulita en la plaza serrana, pues no en vano son ya tres ferias en las que erige como máximo triunfador. El nuevo éxito en esta madrugadora feria le debe servir para que se le abran puertas en donde demostrar sus buenas cualidades.

Paulita, que tomó la alternativa la víspera del día del Pilar de 2001 arropado por Joselito y Enrique Ponce , ha tenido en todo este tiempo oportunidades en las que ha puesto sobre la arena su buen concepto del toreo, pero los triunfos han quedado demasiadas veces en hechos puntuales que, eso sí, han abrigado siempre las ilusiones de los aficionados aragoneses sobre este torero.

Las circunstancias, unas veces propias y otras ajenas a Paulita, han impedido que esos triunfos en plazas de importancia no hayan tenido continuidad. Etapas de dulzor y de desesperanza. Por eso cuando Paulita daba un aldabonazo, se encendían las alarmas de que esa vez sí podía ser la definitiva en el despegue del torero aragonés.

Por eso, este éxito de Valdemorillo, que le llega en un momento ya de madurez, ha de ser el punto de apoyo sobre el que hilvanar una temporada en la que cada oportunidad que se le brinde ha de ser un paso firme hacia adelante. No es fácil abrirse camino en un escalafón tan hermético, pero si la lucha es firme y se presenta siempre la versión del Paulita de Valdemorillo, al final las puertas se abren. Refrendar este triunfo en una plaza importante es el siguiente paso, y por eso ahí esta Madrid, Las Ventas. Sin mirar atrás, sin repetir errores, propios o ajenos. Solo en busca de la ansiada regularidad en el éxito. Mimbres hay todavía para lograrlo.