De sol a sol. La Ofrenda arrancó cuando aún no había amanecido y se ha prolongado cuando había caído la noche sobre Zaragoza. Arriba, un grupo jotero bailando ante la imagen de la Virgen mientras se tejía su enorme manto de flores. Millones de flores. El gigantesco manto floral se soporta sobre una pirámide metálica que pesa 20 toneladas La belleza del traje regional. La Ofrenda constituye también, cada 12 de octubre, una majestuosa exhibición del traje regional, no solo del aragonés, sino también del de otras regiones y países que acuden a rendir tributo ante la Patrona de la Hispanidad Masiva demostración de fe. Los principales accesos a la Basílica del PIlar, convertidos en un torrente humano hacia los pies de la Virgen del Pilar. La organización, de nuevo, ha sido excepcional y ha conseguido fluidez, orden y vistosidad en todo momento, pese a la desbordante participación El alcalde de Zaragoza, con sus flores y abucheado. El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, de la órbita de Podemos, ha encabezado un año más -como marca la tradición- el desfile de la Corporación municipal durante la Ofrenda. Lo ha hecho entre pitidos y abucheos cuando ha salido por la puerta de la Casa Consistorial, en la misma Plaza del Pilar. Preguntado por los abucheos que ha recibido, los ha minimizado: «Entran dentro del cargo», ha dicho. Tradición, en familia. Un joven matrimonio, con su bebé en brazos para llevar sus flores a la Virgen del Pilar. La participación de familias en la Ofrenda ha sido muy numerosa. Un día de fiesta a lo grande. La Plaza del PIlar de Zaragoza se ha convertido en epicentro de la Hispanidad, un año más, en un ambiente de fiesta desbordante. En la imagen, un baturro hace un alto en el camino y toma un trago de vino, con la Virgen y su manto floral al fondo Guardando fuerzas en el recorrido. Oferentes haciendo un alto en el camino, antes de encarar la recta final del largo trayecto que conduce hasta la imagen de la Virgen del Pilar Millones de ramos para la Patrona de la Hispanidad. Los ramos de flores para la Virgen del Pilar, protagonistas en una jornada festiva que ha vuelto a convertir a Zaragoza en epicentro de la Hispanidad.