Economía
Las minas aragonesas de carbón han destruido otros 30 empleos en un año
De los 4.000 mineros que había en la región en los años 80 se ha pasado a menos de 300
La agonía de las minas de carbón aragonesas hace años que entraron en la recta de lo inexorable. En treinta años han pasado de ocupar a más de 4.000 trabajadores a quedarse con menos de 300 . Y esa sangría de empleo suma y sigue: en los últimos doce meses se han destruido otros treinta puestos de trabajo en las minas aragonesas de carbón, el 10 por ciento de los empleos que tenían hace solo un año.
Según las estadísticas oficiales de la Seguridad Social, en estos momentos trabajan en las minas de carbón de esta Comunidad autónoma un total de 267 personas . Hace un año eran 295. En los años 80, más de 4.000; a finales de los 90, más de mil.
El declive se acentuó especialmente a principios de los años 90. El carbón nacional languidecía. El que sale de las cuencas mineras aragonesas, todavía más. Sus características lo hacían menos competitivo que el procedente de minas extranjeras. Y todo esto unido a un acelerado descenso de la demanda de carbón como fuente energética.
El resultado fue un paulatino cierre de minas que supuso un mazazo para las economías de un buen número de municipios concentrados en las cuencas mineras aragonesas, especialmente en la provincia de Teruel pero también del Bajo Aragón zaragozano, Mequinenza y su entorno.
Ahora quedan apenas media docena de minas en explotación , y su futuro es poco alentador.
En los años 90 se pusieron en marcha los planes especiales de reconversión económica para las cuencas mineras. Sus resultados han sido discretos, pese a que las inversiones públicas han sido multimillonarias.
En los años 90 se produjo una cascada de cierre de minas, descenso de la producción y acusada destrucción de empleo. Pero el ajuste no se ha completado aún, mientras el sector parece caminar hacia su extinción.
De cada diez empleos que daban las minas de carbón hace quince años, ahora solo quedan tres. En marzo de 2001 trabajaban en las minas aragonesas 884 personas; ahora no llegan a 270.
