Cultura

Más de un millón de documentos históricos, salvados de la ruina en Zaragoza

Solo tres de los 292 ayuntamientos de la provincia tienen personal específicamente dedicado a cuidar de sus archivos

Estado en el que se encontraba uno de los archivos «rescatados» por la Diputación provincial DPZ

R. P.

Historia amontonada y en la ruina. Fue el «desolador» panorama con el que, durante años -muchos-, se toparon los archiveros de la Diputación de Zaragoza (DPZ) cuando se enfrentaban por vez primera a la tarea de poner orden y salvaguarda a los abundantes fondos documentales -en gran parte de valor histórico- que se amontonaban en decenas de archivos municipales de localidades de la provincia.

En 1983 arrancó un proceso para poner orden en esos archivos y, ahora, 34 años después, el balance arroja cifras abultadas: se han inventariado -y en gran parte de los casos salvado de la ruina- 1,1 millones de documentos de esos archivos municipales. Y en los últimos 25 años, desde 1992, la DPZ ha invertido más de 1,3 millones de euros para acondicionar las salas en las que se guardan esos fondos documentales.

«Cuando empezamos esta labor el panorama de los archivos era desolador. Casi todos estaban totalmente abandonados, hasta el punto de que durante los primeros años nos tuvimos que centrar en hacer actuaciones de urgencia para salvar los documentos que directamente corrían serio peligro de desaparecer físicamente», recuerda la jefa del servicio de Archivos y Bibliotecas de la DPZ, Blanca Ferrer .

Una de las tareas fundamentales ha consistido en habilitar espacios dignos para esos archivos, que en gran parte son una auténtica 'mina' de historia local. Y es que, durante décadas, no fue extraño que en la mayoría de las pequeñas localidades de la provincia -y de las no tan pequeñas- «los archivos eran los espacios menos habitables, los sótanos, las buhardillas e incluso locales situados fuera de la casa consistorial, lo que era perjudicial tanto para la conservación de los documentos como para acceder a ellos y devolverlos una vez utilizados», indica Ferrer.

Ahora, la tarea continúa. Tras haber puesto orden en más de 200 archivos municipales, el trabajo se centra en la actualidad en un proceso de mantenimiento continuado para que el orden se mantenga y los fondos documentales se sigan conservando adecuadamente. El equipo de archiveros y documentalistas de la DPZ se encarga de ello. Desarrollan una labor esencial en una provincia en la que solo tres de sus 292 ayuntamientos cuenta con personal propio dedicado específicamente al cuidado de sus archivos municipales.

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