Tribunales
La «imprudencia menor» de tres médicos que le ha costado 62 operaciones a una niña
Los facultativos han saldado con una multa de 540 euros una negligencia que perforó la traquea y el esófago a la bebé
Tres médicos de la Sanidad pública aragonesa han saldado con una multa de 540 euros una negligencia cometida hace casi ocho años, que le provocó gravísimas lesiones a una bebé y que, desde entonces, le ha obligado a esa niña ser intervenida en 62 ocasiones . El motivo: que pasaran por alto durante días que la niña se había tragado una pila que, al final, le provocó graves quemaduras químicas internas , con perforación de esófago y tráquea.
La Fiscalía y la acusación particular que ejercen los padres de la pequeña pedían inicialmente tres años y medio de cárcel y cuatro de inhabilitación para cada uno de esos facultativos que atendieron a la niña en el centro de salud de Fraga (Huesca) . Pero, al final, un acuerdo ha hecho que el caso penal se haya saldado con una sentencia de conformidad que tipifica lo ocurido como una «imprudencia menos grave». El resultado: que no hay más pena que una multa, fijada en 540 euros para cada uno de estos médicos .
La madre considera que, al menos, siete años y medio después de aquel episodio que truncó la infancia de su hija, ha conseguido que los médicos hayan aceptado que actuaron mal y que son culpables. Es algo que hasta ahora no habían admitido y, de hecho, su abogado defensor había pedido para ellos la libre absolución.
La madre, sin embargo, ha advertido que la batalla legal no ha terminado. Tras esta sentencia de conformidad en la jurisdicción penal, queda pendiente el litigio en los tribunales civiles. Será ahí donde pedirán que la niña sea resarcida económicamente por los daños sufridos. No han avanzado cuánto reclamarán, si bien inicialmente habían pedido, en la causa penal, un millón de euros de indemnización. Llegado el caso, de esa cantidad por responsabilidad civil responderá la aseguradora que el Gobierno aragonés tiene contratada para la Sanidad pública regional.
Los hechos se remontan al 22 de diciembre del año 2010. La niña, que por entonces era un bebé de 11 meses, se tragó una pila de botón. Fue llevada al centro de salud, pero no se la detectaron en las radiografías porque fueron incompletas: la imagen no abarcó al completo el aparato digestivo y eso impidió ver la pila donde estaba alojada.
Pasaron los días y el estado de la pequeña empeoró. Ante la insistencia de los padres y el cuadro cada vez más grave que presentaba, fue derivada al Hospital de Lérida. Fue allí donde las radiografías sí detectaron la pila. Para entonces habían pasado ya cinco días, y la composición química de la pila había empezado a dañar los órganos internos. De inmediato fue trasladada al Hospital San Juan de Dios de Barcelona, donde fue tratada. Pero, a partir de ahí, empezó un largo proceso de reiteradas intervenciones, aún no está recuperada y no se sabe realmente si algún día podrá hacer vida completamente normal.
De momento, según ha explicado la madre, su hija ha sido operada en 62 ocasiones hasta la fecha. Las secuelas que sigue arrastrando le impiden hablar, comer e incluso respirar con normalidad.
