Tribunales

Doce años de cárcel por abusar de su nieta política durante siete años

La víctima empezó a sufrir los abusos cuando tenía seis años

La sentencia por este caso de abusos sexuales continuados acaba de ser sentenciado en la Audiencia de Zaragoza ABC

R. P.

Un hombre de 60 años acaba de ser condenado en Zaragoza a 13 de prisión y a ocho años más de libertad vigilada , por haber abusado sexualmente de su nieta política durante siete años , cuando era una niña. La víctima empezó a sufrir los abusos continuados cuando tenía seis años de edad y no se libró de ellos hasta los 13, cuando su abuela se separó de ese hombre.

La Audiencia de Zaragoza considera probado que el acusado sometió a la niña a tocamientos y, con el tiempo, le obligó también a tocarle a él el pene y a practicarle «reiteradas felaciones». En una ocasión incluso intentó penetrar vaginalmente a la niña, cuando la niña tenía 9 años, aunque acabó desistiendo cuando escuchó que la madre y la abuela de la niña –su esposa– habían vuelto a casa.

El acusado aprovechaba para cometer sus abusos sexuales cuando se quedaba solo en casa con la niña, en las ausencias de la madre y la abuela de la niña , que durante años convivieron en el mismo domicilio. Pero también hubo ocasiones en las que los llevó a cabo con ellas en casa, si estaba seguro de que no lo iban a sorprender.

La víctima acabó destapando los hechos al cumplir 19 años , después de que se lo encontrara casualmente en una farmacia a principios del año 2019. Aquello «le hizo revivir recuerdos de los actos de naturaleza sexual a que había estado sometida cuando todavía era una niña, con la subsiguiente afección psicológica que incluso le llevó a no querer vivir», indican los magistrados en su sentencia. Para que denunciara fue también decisivo el apoyo que recibió de sus educadores y psicólogos, según indica igualmente el fallo de la Audiencia de Zaragoza.

Durante los siete años que sufrió los abusos no se atrevió a contarlos. Su abuelo político, Zoilo S.A., de origen argentino, «disuadía a la menor para que no informara a su madre de lo que estaba ocurriendo (…), habiendo influido negativamente dicho silencio sobre su salud mental». Ahora, a sus 20 años, la joven sufre un cuadro propio de «trastorno por estrés postraumático, con relato de sensaciones de miedo, ansiedad, pesadillas, confusión y sentimientos de culpa a ira, previéndose un largo proceso terapéutico para recuperar la normalidad, durante el cual requerirá de tratamiento psicológico facultativo y probablemente farmacológico», indica igualmente la sentencia.

El acusado negó los hechos, pero el tribunal ha considerado increíbles los argumentos exculpatorios que sostuvo durante el juicio y ha dado total credibilidad al testimonio de la joven, avalados por los peritos psicólogos que la examinaron.

Finalmente, ha sido condenado a 12 años de prisión por un delito continuado de abuso sexual, con prevalimiento y acceso carnal. Se le prohíbe aproximarse a su víctima a menos de 200 metros durante los próximos 13 años. Asimismo, tras salir de la cárcel estará sometido a libertad vigilada durante ocho años. Y tendrá que indemnizar a la joven con 10.000 euros por daños morales.

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