Crimen de la maleta
Condenado a 20 años de cárcel por matar a martillazos a un hombre tras citarse a través de una web gay
Aunque le reventó el cráneo, la sentencia no aprecia ensañamiento. Escondió el cadáver en una maleta durante días. El condenado llegó a España tras ser acusado de otro brutal crimen en Guatemala
Un joven guatemalteco de 28 años , que llegó a España tras ser acusado en su país natal de un macabro asesinato, acaba de ser condenado en Zaragoza a 20 años de prisión por haber matado a martillazos a un hombre con el que se había citado por redes sociales para tener sexo. Su víctima era un transportista madrileño de 48 años. Reventó su cráneo con más de 20 martillazos, pero la sentencia no aprecia ensañamiento en esa brutal retahíla de golpes. El caso ha sido juzgado por un jurado popular en la Audiencia de Zaragoza.
Los hechos ocurrieron en diciembre de 2018 , cuando el criminal tenía 26 años. Jonathan Witmar Berreondo, como se llama el condenado, solo llevaba unos meses en España cuando cometió este asesinato. Se fue de Guatemala cuando la Justicia de su país natal reabrió el caso por el brutal asesinato de un hombre en 2016, al que torturaron y mutilaron. Su cuerpo apareció con el pene seccionado y colocado en su boca.
Mientras la Justicia guatemalteca reabría el caso en el que había sido inculpado, Berreondo empezaba nueva vida en España. Acabó afincándose en Zaragoza. Alquiló un piso en el barrio Oliver, en el que se citó con el hombre al que asesinó.
Más de 20 martillazos en la cabeza
La sentencia de la Audiencia de Zaragoza que se ha dado a conocer este viernes da por probado que el asesino contactó con su víctima a través de una red social denominada Wapo, una web de contactos entre hombres. El 14 de diciembre de 2018 acudió al piso de Berreondo en la capital aragonesa, ambos se fueron al dormitorio y, cuando el asesino tenía a su víctima desnuda y boca abajo sobre la cama, se colocó sobre él, cogió un martillo y le golpeó repetidamente hasta matarlo .
Según destaca la sentencia, el criminal destrozó la cabeza de su víctima, que no tuvo opción de defenderse. Le propinó «un mínimo de 21» martillazos en el rostro y el cráneo , aunque el tribunal no considera que hubo enseñamiento. Le destrozó el cerebro con una retahíla de brutales martillazos. Pero la sentencia considera que el asesino «únicamente golpeó» a su víctima «hasta que comprobó que había fallecido y sin intenciónde agravar su padecimiento».
Guardó el cadáver en una maleta durante días
A continuación, envolvió el cadáver para impermeabilizarlo, lo metió en una maleta con ruedas, la precintó con plástico transparente y la metió en un armario que tenía en la terraza del piso. Limpió los rastros de sangre y pintó la habitación donde había cometido el crimen.
Al no lograr deshacerse del cadáver, intentó fabricarse una coartada en la que trató de implicar a un tercero en el crimen. Días después del asesinato, avisó a la Policía y sostuvo que se había encontrado un cadáver dentro de una maleta que otra persona había dejado en su piso tras alojarse temporalmente en esta vivienda. El cúmulo de pruebas acabaron desmontando la coartada de Berreondo, que incluso acabó confesando el crimen, aunque en el juicio se desdijo. A lo largo de todo el proceso por este caso, el acusado llegó a dar cuatro versiones distintas.
Ahora, la sentencia lo condena a 20 años de prisión por un delito de asesinato, así como a indemnizar con 250.000 euros a los familiares de la víctima : 100.000 euros a la hija del asesinado, 50.000 euros a cada uno de sus progenitores, y 25.000 euros a sus dos hermanos. Además, el tribunal le impone 10 años de libertad vigilada tras cumplir la condena de prisión.
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