Tribunales
Condenada a 18 años de cárcel la madre acusada de matar a dos de sus bebés
La sentencia considera probado que acabó con la vida de una de sus hijas, pero no de que matara a otra de ellas y lo intentara con una tercera
Ikram Benhaddi, la joven de 27 años , de origen marroquí y residente en Zaragoza, que fue juzgada la semana pasada acusada de matar a dos de sus hijas cuando eran bebés y de haberlo intentado con una tercera, ha sido condenada a 18 años de prisión por esos hechos.
Así lo ha sentenciado la Audiencia Provincial de Zaragoza , que considera probado que la joven asfixió hasta la muerte a una de sus hijas. Sin embargo, la absuelve de la otra de las muertes por entender que no hay pruebas suficientes del delito, al igual que del intento de matar a otra de las bebés, la única de sus tres hijas que quedó con vida.
La joven marroquí proclamó su inocencia durante el juicio celebrado la semana pasada en la Audiencia Provincial de Zaragoza. Su abogado defensor pidió la absolución, mientras que el fiscal reclamó una condena de 55 años de prisión contra la acusada.
La primera muerte se produjo en el verano de 2011, una niña de menos de tres meses de edad. Y en noviembre de 2014 fallecía otra hija de esta joven marroquí, también tras haber acudido en varias ocasiones a urgencias en estado muy grave, con insuficiencia respiratoria.
Era el mismo cuadro que en 2013 presentó la otra niña, la que ha sobrevivido después de que fuera declarada en situación de desamparo por los servicios sociales y su custodia quedara en manos de la Administración autonómica.
Ikram Benhaddi fue detenida en su domicilio del zaragozano barrio de Las Fuentes en noviembre de 2014. Durante el juicio, una mediadora cultural afirmó que la joven creía que la casa zaragozana en la que vivía estaba endemoniada y que los espíritus malignos querían apoderarse de las bebés.
Esta mediadora cultural, Amina Kamal, declaró en la vista oral que tanto la joven acusada como su suegra y cuñado le dijeron personalmente que estaban convencidos de que la casa estaba poseída por los demonios. Reveló que incluso le pidieron que participara con ellos en un ritual para «limpiar» la vivienda de malos espíritus, algo a lo que la mediadora se negó.
Tanto la ahora condenada como sus familiares que testificaron en el juicio negaron que tuvieran tal convencimiento.