El asesino de la niña Naiara, condenado a prisión permanente revisable: la torturó hasta matarla

El fallo aprecia las circunstancias de ensañamiento y la minoría de edad de la niña, que tenía 8 años

Iván Pardo, condenado por el asesinato de la niña Naiara Efe / Vídeo: Iván Pardo, culpable de la muerte de su sobrina política Naiara - ATLAS
Roberto Pérez

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La Audiencia de Huesca ha condenado a prisión permanente revisable a Iván Pardo, el asesino confeso de la niña Naiara , a la que torturó hasta la muerte el 6 de julio de 2017 en Sabiñánigo (Huesca). El condenado era tía político de la pequeña. La madre de Naiara era la pareja del hermano de Iván Pardo, que también ha sido condenado por alentar y consentir los malos tratos que sufría la niña por parte de su familia política. La pequeña tenía 8 años cuando fue asesinada; su verdugo, 33 .

El asesino, su hermano Carlos y la madre de ambos, Nieves pena, se sentaron en el banquillo durante el juicio con jurado que se celebró en la Audiencia de Huesca el pasado septiembre. Las acusaciones pidieron para Carlos Pardo y Nieves Pena sendas condenas de tres años de cárcel, que finalmente se han quedado en dos. El tribunal considera probado que ambos conocían los malos tratos hacia la niña y que incluso los alentaban .

En concepto de responsabilidad civil, el asesino de Naiara deberá indemnizar a la madre de la niña con 120.000 euros, y con 30.000 euros al padre.

Esta es la primera condena a prisión permanente revisable que se impone en Aragón. El tribunal ha considerado las agravantes de ensañamiento y la minoría de edad de la niña a la hora de imponer a Iván Pardo el mayor de los castigos contemplados por el Código Penal español.

La niña Naiara fue víctima de malos tratos continuados y brutales, que acabaron en una tortura mortal el 6 de julio de 2017 en el domicilio en el que la pequeña convivía temporalmente con su abuelastra, su verdugo y dos primas políticas, que –según el relato de la Fiscalía- fueron obligadas por Iván Pardo a presenciar las agresiones e incluso a colaborar con él, facilitándole los objetos que les iba solicitando para torturar a Naiara.

Durante el juicio, los forenses que practicaron la autopsia a Naiara explicaron las «lesiones brutales» que presentaba el cuerpo de la niña y aseguraron que sufrió durante horas un tormento «brutal» antes de morir . Tenía el cerebro «destrozado». Además del letal traumatismo craneoencefálico que le causó la muerte, la niña presentaba «56 lesiones de todo tipo, por todo su cuerpo, quemaduras, lesiones contusas, térmicas...». «Era tal el conjunto de lesiones que diferenciar una lesión de otra es bastante difícil» .

En sus declaraciones ante el tribunal que lo ha juzgado y condenado, Iván Pardo achacó su brutal crimen al «estrés» . Aseguró que le pide perdón a la niña «cada día». Al ser preguntado por la criminal tortura que infligió a Naiara, su verdugo contestó: «Lo quiero achacar al estrés, porque no le encuentro explicación».

El relato de hechos de la Fiscalía incidió en la prolongada y despiadada brutalidad con la que actuó Iván Pardo. Sometió a la niña a una tortura «de forma salvaje, despiadada e inmisericorde», con brutales golpes, descargas eléctricas y quemaduras que dejaron decenas de marcas en todo el cuerpo de la pequeña.

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