Sociedad

Alerta en el Ebro por la amenaza de nuevas riadas

La CHE ha empezado a realizar desembalses preventivos para amortiguar las crecidas: las lluvias acelerarán el deshielo de la nieve acumulada en las cumbres

Los pueblos ribereños del Ebro se preparan para la segunda riada en quince días (en la imagen) Fabián Simón

Roberto Pérez

El Ebro y varios de sus afluentes van a experimentar nuevas riadas en las próximas horas y días , después de la crecida que se produjo hace un par de semanas y que inundó mil hectáreas de campos ribereños del Ebro en Aragón.

Las lluvias que se registrarán en el norte peninsular este miércoles provocarán aumentos significativos de caudal en varios afluentes . Así lo ha advertido la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Estas lluvias llegan aparejadas a una subida de temperaturas y provocarán, a su vez, un deshielo acelerado de las nieves acumuladas en las cabeceras de los ríos Trueba, el Nela, el Alto Ebro, el Ega y el Irati .

«Este efecto combinado de lluvia y deshielo generará crecidas, durante la jornada del miércoles, que no se puede descartar que sean extraordinarias en el Alto Ebro, Nela, Trueba y Jerea», ha advertido la CHE. En el resto de afluentes de la margen izquierda —Bayas, Zadorra, Ega, Arga, Irati y Aragón— también se producirán crecidas significativas, aunque la Confederación estima que hay menos probabilidades de que sean extraordinarias.

Este fuerte aumento de los caudales en los ríos de la margen derecha hará que la riada se vaya concentrando y trasladando al propio río Ebro ( ¿Por qué el Ebro parece el Nilo? ). Esto ocurrirá a partir de mañana jueves. En principio, la CHE calcula que esta nueva riada del Ebro estará dentro de los límites técnicos considerados como «crecida ordinaria», si bien desde hace años esto no es garantía de que no se produzcan desbordamientos del Ebro. Desde hace años, es habitual que crecidas técnicamente calificadas como ordinarias generen inundaciones, de más o menos consideración, en tierras ribereñas del Ebro a su paso por Aragón.

En cualquier caso, a priori, la CHE afirma que este nuevo episodio de crecidas obliga a concentrar la atención en municipios del Alto Ebro y de los ríos Nela y Trueba, donde se van a producir las riadas de mayor calibre. Eso incluye a localidades como Reinosa (Cantabria) o Villarcayo, Medina de Pomar y Miranda de Ebro, en la provincia de Burgos.

Para amortiguar los efectos de estas crecidas, la CHE ya empezó ayer a realizar desemblases preventivos en los pantanos de Yesa e Itoiz (ríos Aragón e Irai), en Navarra; la presa vasca de Ullíbarri (río Zadorra) y el embalse de Sobrón (río Ebro), en Burgos. Se está dejando hueco en esas presas para que puedan retener caudales de las riadas y tratar de regularlas, a fin de amortiguar sus efectos aguas abajo.

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