Aldabonazo de Jorge Isiegas en la apertura de la temporada aragonesa

El novillero zaragozano pone el broche de oro al triunfal festival taurino de Ricla

Á. G. ABAD

Se puso el cartel de «No hay billetes» en la apertura de la temporada en plazas aragonesas . El atractivo cartel del festival a beneficio de la residencia de mayores de la localidad zaragozana de Ricla , puso el pueblo a hervir. Ambiente de gran fiesta. No cabía un alfiler, como en aquellos días en que Curro Romero, El Viti, Paula o Antoñete, dejaban lo mejor de su arte a la ribera del Jalón.

En la edición de 2017, el domingo 26 de marzo, se repartieron diez orejas y dos rabos . Los máximos trofeos para el rejoneador Diego Ventura , dos orejas para Francisco Rivera Ordóñez , y otras dos para su hermano Cayetano y dos más para el matador aragonés Daniel Cuevas . Las otras dos orejas y un rabo que sumaron el total fueron para el novillero zaragozano Jorge Isiegas , un torero que desplegó un toreo sobresaliente.

Aldabonazo de Isiegas, que en la pasada Feria del Pilar ya dio una primera llamada de atención. Y si entonces sorprendió por su frescura, por su buen concepto, y por sus ganas, en Ricla demostró que el invierno le ha sentado bien. Todo lo dicho, pero con el añadido de una garra ante la cara del toro que evidencia las ganas que tiene de abrirse paso. Garra y firmeza. Los pies siempre clavados en la arena y las manos sueltas para trazar las embestidas con temple y buen gusto. El novillo de González Sánchez-Dalp que le tocó en suerte, tenía presencia y no demasiada claridad. Echó las rodillas al suelo para recibirlo en un apretadísimo farol. Y con la muleta, la primera serie al natural tuvo poder, ritmo y cadencia, A partir de ahí, el público ya fue suyo. Todo lo que hizo tuvo el sello del toreo de siempre, del mejor toreo. El pecho siempre por delante y verdad hasta en la estocada final.

Una tarde que debe de servirle para abrir definitivamente las puertas que ahora parecen solo entreabiertas. La tarde de Ricla refrenda todo lo que los aficionados vislumbraron en su presentación en la Misericordia de Zaragoza , y ahonda en la ilusión que se abre ante un nuevo torero aragonés que puede dar mucho que hablar.

Del resto de la exitosa tarde del domingo, lo mejor fue comprobar como el público salía encantado de la plaza. La exposición de Diego Ventura, junto a las ganas que pusieron Francisco Rivera, Cayetano y Daniel Cuevas, con la aparente novillada de González Sánchez-Dalp, compusieron una feliz tarde de toros.

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