Monumentos

El ábside románico de Mallén, declarado Bien de Interés Cultural

Ha quedado al descubierto tras las últimas obras de restauración que se llevaron a cabo en la iglesia de la localidad

Los restos románicos, cuando quedaron al descubierto durante las obras de restauración Centro de Estudios Borjanos

R. P.

El ábside románico de Mallén (Zaragoza) ha sido protegido mediante su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) . La catalogación se extiende a todo el templo, una construcción que data del siglo XII, pero que sufrió profundas reformas en los siglos posteriores, en particular la llevada a cabo en la segunda mitad del XVIII.

La fisonomía de esta iglesia, dedicada a la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles, quedó ampliamente modificada con esas reformas que se hicieron con el paso de los siglos. Sin embargo, aquellos cambios no acabaron por completo con los vestigios románicos originales, caso concreto del ábside.

Hace más de 30 años que se detectó la presencia de esos restos románicos. Fue durante los trabajos de restauración que se llevaron a cabo en 1985. Al actuar en la zona del ábside se descubrió, bajo las estructuras visibles, la construcción románica. Sin embargo, ante la necesidad de tener que realizar nuevas obras en el futuro, se volvió a cubrir el ábside románico.

Finalmente fue en los últimos años, tras las últimas obras de restauración más recientes que se han llevado a cabo en el templo, cuando esa estructura románica ha quedado al descubierto, evidenciando el origen de esta iglesia que data de finales del siglo XII. Fue en el año 2011 cuando quedó a la vista el ábside original y afloraron elementos arquitectónicos románicos que eran desconocidos hasta entonces. Aquellas obras de restauración fueron dirigidas por el arquitecto Fernando Alegre, y concidiendo con ellas también se afrontaron estudios arqueológicos a cargo de los especialistas José Luis Cebolla y Francisco Javier Ruiz.

La actual iglesia es de planta rectangular distribuida en tres naves al interior. De su cabecera sobresale precisamente la parte visible del ábside central, parte del cilindro absidal románico y un fuste de columna-contrafuerte adosada. Destaca por su color blanco porque está construida en alabastro. Esta es la característica morfológica diferencial de este templo románico del siglo XII avanzado.

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