Las ansias de vacaciones disparan la ocupación en un contexto económico incierto

Este verano es el verano con mayúsculas. El primero sin restricciones y sin mascarillas después de dos largos años. Había tantas ganas de disfrutar y de viajar que es como si se hubiesen juntado tres veranos en uno. Son tantas las ansias de vacaciones que se pasan por alto los precios disparados, porque todos los destinos están con el cartel de completo. Con la inflación desbocada, la subida de los tipos y la crisis energética por la guerra en Ucrania todos los indicadores apuntan a que este otoño pueda venir una tormenta económica de tal calibre que algunos ya están bautizando estas vacaciones como las del último verano.-Redacción-