Castilla-La Mancha
Alertan de que Cabañeros es especialmente vulnerable ante los incendios forestales
la borrasca 'filomena' ha agravado la situación
La Plataforma de Afectados por Parques Nacionales denuncia el «abandono» de las infraestructuras de defensa y la elevada concentración de combustible vegetal

La Plataforma de Afectados por Parques Nacionales ha denunciado que el de Cabañeros es especialmente vulnerable ante los incendios forestales debido «al abandono» de la mayor parte de las infraestructuras de defensa contra incendios y a la elevada concentración de combustible vegetal que se acumula en el parque.
«La desidia que el Organismo Autónomo Parques Nacionales y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha mantienen en el Parque Nacional de Cabañeros colocan a este espacio en una alarmante situación de peligro de incendio, agravada en extremo por las altas temperaturas que se están alcanzando este verano», aseguran en un comunicado.
Los propietarios de las fincas ubicadas en el parque, que suponen el 45% de su superficie, creen que «esto es consecuencia de los impedimentos que les impone la Administración para continuar las actuaciones de prevención que venían realizando con anterioridad a la declaración de parque nacional en 1995».
Desde entonces, cualquier prevención ha estado proscrita tanto por la falta del preceptivo Plan Rector de Uso y Gestión como por «la deplorable animadversión» de la Administración pública ante cualquier intervención en el medio natural, ya sean tratamientos silvícolas de limpieza, desbroce selectivo, podas y resalveos como cortafuegos y caminos.
Además, la devastación causada por la borrasca 'Filomena' ha originado «un notorio agravamiento de la situación por el elevado número de ramas rotas y de árboles caídos que produjo, sin que la Administración, a pesar de los avisos de los particulares, tomara ninguna medida al respecto».
A ello hay que sumar la prohibición de la caza en el parque, que ha derivado en una sobrepoblación de ungulados que también agrava el riesgo de un gran incendio al degradar la masa forestal por sobrepastoreo y dejar grandes cantidades de material inerte. Y la vigilancia, tan necesaria en cualquier coto de caza, ha disminuido notablemente al no ser terreno cinegético, por lo que la detección temprana de incendios ha quedado muy mermada.
Como colofón, la Plataforma señala que algunas fincas particulares se vieron obligadas a mantener por su cuenta «las más elementales medidas cautelares de prevención», lo que les supuso «la imposición de cuantiosas multas» por el Organismo Autónomo Parques Nacionales. Las sanciones llegaron hasta los 230.000 euros en dos ocasiones.