Willy Toledo defiende ante el juez su derecho a la blasfemia
La causa por ofensa a los sentimientos religiosos queda vista para sentencia
Dos mini manifestaciones -a favor y en contra- superadas en aforo ampliamente por una masa de periodistas y gráficos daban hoy la bienvenida al actor Guillermo «Willy» Toledo poco antes de las once de la mañana en la calle Julián Camarillo de Madrid, sede del Juzgado Penal número 26 donde comparecía como acusado de parte por dos delitos contra la libertad religiosa y otro de obstrucción a la justicia.
El motivo, dos archireproducidos mensajes que dejó en su perfil de Facebook en 2015 y 2017 en los que mentaba a la Virgen en términos que hasta su abogado conviene que son «soeces» y «ofenden» , pero que de momento, sólo la acusación popular que ejerce la asociación de Abogados Cristianos considera dignos de responsabilidad penal.
Sentado en el estrado junto a su letrado con la venia del tribunal mediante, Toledo daba la espalda al banquillo donde se suelen sentar los acusados. Hasta allí ha llegado escoltado por el eurodiputado Willy Meyer , el cantante César Strawberry, el exdiputado de Unidas Podemos Diego Cañamero , el artista Abel Azcona y el párroco de Entrevías Javier Baeza , además de familiares y afines que no han podido entrar, como la mayoría de los periodistas, porque la sala se quedaba corta.
Con estas mimbres y más público fuera que dentro, la juez ha dado inicio la sesión dejando una frase para la jornada: «Este juicio no da para más» . Pedía a las partes que se ciñeran a los hechos y no se enredasen en las cuestiones previas. Y aún así, ha habido debate en asuntos como el informe policial sobre la actividad de Toledo en redes y que su abogado considera prospectivo. Desestimada.
La Fiscalía, que remó en el inicio de la causa, decidió retirar la acusación precisamente después de encargar ese estudio en el que se concluía que eran cuatro los post que podían tener un contenido similar a los denunciados , «reivindicativo pero con un tono irreverente», en palabras de la agente que elaboró la recopilación. La fiscal ha pedido directamente la absolución, porque más allá de la pugna entre dos derechos fundamentales como son la libertad religiosa y la de expresión, la cuestión es que vulnerar la primera requiere hacer un escarnio, una burla tenaz, una voluntad inequívoca de querer ofender sentimientos religiosos que en este caso, no aprecia.
«Sacar el mayor rédito posible»
El actor, según la Fiscalía, «se defeca absolutamente en todo» , no sólo en el dogma mencionado, y si los mensajes «en vez de dos hubieran sido 22, a lo mejor se habría visto una fijación» contra el Catolicismo, pero no ha sido el caso. Ha dejado, no obstante, un rapapolvo para Toledor: « Ha puesto todos los obstáculos posibles para sacar el mayor rédito posible a esta situación. En eso doy la razón a la acusación», ha zanjado.
Se refería a las dos veces en que fue citado a declarar y pasó de acudir. El Juzgado de Instrucción 11, que llevaba la causa, ordenó que fuese conducido a sede judicial y puso fecha y hora. La tarde de antes, Toledo fue detenido y pasó 20 horas en un calabozo. Para la fiscal, es lo que tiene desobedecer una orden: «El juez no va a ir donde este señor quiera».
Hoy estaba delante de la juez e insistía en que no tuvo ningún interés en ofender a nadie, que lo suyo sólo fue, en todo caso, una blasfemia. «Mi única intención era ejercer mi libre derecho a la libertad de expresión», ha señalado exclusivamente a preguntas de su abogado. Aunque ha dicho entender que sus palabras «puedan ofender», ha incidido en que a él hay muchos comentarios «racistas, machistas, homófobos» que le llegan todos los días y que «no es legítimo perseguir» por la vía penal, como lo sería en su opinión tipificar la apología del franquismo, «una barbaridad».
«No tengo interés ni deseo de ofender a católicos ni musulmanes ni hebreos ni de la secta del espagueti volador», ha dicho en la Sala, para asegurar que se estaba limitando a hacer «crítica política» y poner contexto a los mensajes: Uno, contra la celebración en general del Día de la Hispanidad que afecta a la Virgen del Pilar porque «es la patrona de la Guardia Civil». El otro, porque se acababa de comunicar el procesamiento de las «compañeras» que el 1 de mayo participaron en una manifestación «con una vagina de cartón piedra».
«¿Qué necesidad había?»
«¿Pero qué crítica política hay en «cagarse» en un dogma religioso? ¿Qué necesidad tiene para ejercer su libertad de expresión vejar un dogma?», ha planteado la acusación popular. Para Abogados Cristianos, «la libertad de expresión se puede ejercer sin pisotear los derechos de los demás» y en este caso, eso es lo que habría ocurrido, pues «no ha sido verbal, fruto de un calentón, sino por escrito, con una intencionalidad y además, no lo ha retirado».
Ha llamado a un testigo para preguntarle si las frases le parecían ofensivas. Se trata del presidente de Musulmanes por la Paz, Raúl González, quien se ha definido como musulmán de familia comunista estalinista. Tras reconocer que no había leído los post en cuestión pero sobre la marcha, le parecían «una ofensa a las creencias religiosas», ha comentado que ve al actor «muy enfadado contra todo». «Las pasiones ya se sabe, nublan la razón», ha añadido.
A la luz de los aspavientos, Toledo no daba crédito. Su defensa tampoco y ha emitido protesta. Consideran que la acusación de Abogados Cristianos «no es que sea una temeridad, es que es una tomadura de pelo». Les señalan por «mala fe» y ponen como prueba que reclamen una indemnización de 500 euros por gastos de desplazamiento y dietas. «¿Así se valora la afectación a los sentimientos religiosos?», ha planteado el abogado.
En su alegato, tras invitarles a «perdonar y rezar por él en lugar de querer meterle en la cárcel», ha reconocido, con todo, que tampoco comparte lo que hace su defendido. «Tiene una forma de decir las cosas que no me gusta, que es soez. El cómo lo dice me ofende, es innecesario . Pero no es delito», ha apostillado.
Será la juez quien decida en sentencia si ese mal gusto de Toledo en el que ya parece haber consenso entre las partes es un delito que acarrea pena de 22 meses de multa.
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