El «Whatsapp» frustra el rapto de una mujer para prostituirla
La Guardia Civil siguió con esta aplicación la ruta de los proxenetas y los cazó en Cuenca
Xiang –nombre ficticio– buscaba trabajo y a través de una aplicación de móvil de uso habitual entre compatriotas chinos le ofrecieron uno como limpiadora en Albacete. Así que esta mujer china, de 49 años, hizo las maletas, y el pasado 1 de octubre dejó L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) –donde vive con su marido y su hija– para instalarse una temporada en la ciudad manchega. Pero al cabo de una semana las cosas se torcieron.
Lo empezó a sospechar cuando los compatriotas que la habían contratado comenzaron a lanzarle indirectas, según ha podido saber ABC de fuentes cercanas. Que si era muy guapa, le decían, y que podría «dedicarse a otra cosa» y en «otro lugar», le insistían. Y finalmente, en contra de su voluntad, el pasado domingo la metieron en un coche para llevarla a otro lugar –posiblemente alguna localidad de la Comunidad Valenciana– con intención de que Xiang, forzada, ejerciese allí la prostitución .
Pese al control de los secuestradores –un hombre y dos mujeres, también de nacionalidad china–, la víctima pudo ponerse en contacto por teléfono con su marido, este de nacionalidad española. Con monosílabos y en castellano consiguió avisarle de lo que estaba sucediendo. El hombre, que el domingo estaba fuera de L’Hospitalet, consiguió entender al menos dos palabras: «secuestro» y «coche». E inmediatamente llamó al teléfono de emergencias 112 para advertir de lo que parecía que le estaba ocurriendo a su mujer.
Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado fueron advertidos por dos vías. Por una parte, la llamada del padre al 112, que le puso de inmediato en contacto con los agentes de la Guardia Civil de Albacete, ciudad de la que había partido su mujer. La otra vía fue la hija de la víctima, que se personó en la comisaría de la Guardia Urbana de L’Hospitalet para advertir también de lo que le estaba pasando a su madre, que seguía en el coche con sus tres supuestos secuestradores.
Pasaban de las tres de la tarde del domingo cuando la menor llegó a la comisaría de la policía local. Allí la hija de la víctima relató a los agentes que estaban en la puerta de la comisaría que su madre, a través de la aplicación de «Whatsapp» de su teléfono móvil, le estaba alertando de que la conducían camino de Valencia. Que la llevaban «por las buenas o por las malas» para prostituirla, según explicaron a ABC fuentes policiales.
La ubicación del teléfono
Y precisamente, el «Whatsapp», y en concreto la opción que esta aplicación permite compartir la ubicación del otro interlocutor, fue clave para echarle el lazo a los proxenetas. Los agentes de la Guardia Urbana de L’Hospitalet, en permanente contacto con la Guardia Civil, siguieron desde la comisaría y a través de la conversación de «Whatsapp» entre la madre y la hija el recorrido del coche en el que llevaban a la víctima. También el «chat» que mantenía con su mujer el padre, que más tarde también pudo personarse en la comisaría al regresar a L’Hospitalet, contribuyó a tener controlado el coche en todo momento.
Y un elemento más, que, a la postre, resultaría decisivo, fue la habilitad de la víctima para conseguir saber la matrícula del coche en el que la llevaban los proxenetas . Con la excusa de ir al baño hicieron una parada durante el recorrido. Fue entonces cuando la mujer pudo ver desde fuera del vehículo la matricula del coche y memorizarla, según explicaron a este diario fuentes cercanas. La víctima, también a través de la conversación de «Whatsapp» que mantenía con su hija, pudo comunicar a los agentes de la Guardia Urbana de Hospitalet el número de la matricula del vehículo. Fue un elemento clave. Con el número de la matricula la caza de los proxenetas sería mucho más sencillo. Los agentes de la Guardia Urbana comunicaron, a su vez, a la Guardia Civil toda esta información. Y los agentes del Instituto Armado montaron entonces un dispositivo y pudieron echar el lazo a los proxenetas en una carretera de la provincia de Cuenca. Los tres secuestradores fueron detenidos. Y la víctima pudo ser liberada.
Xiang no había regresado todavía este lunes a L’Hospitalet, pues seguía en Cuenca para un reconocimiento médico y otras gestiones del caso, que, por fortuna, y con la ayuda de las nuevas tecnologías, ha tenido un feliz desenlace.
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