La votación rompe a UPN, que pide el acta a sus diputados en Madrid

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Carlos García Adanero y Sergio Sayas, a su llegada a la convalidación de la reforma laboral Jaime García / Vídeo: Sergio Sayas: «Lo peor que alguien puede hacer en política es tomar una decisión que no puede explicar a sus votantes»

Mariano Alonso , Gregoria Caro y Juan Casillas Bayo

La votación de ayer de la reforma laboral no solo deja heridas abiertas en la izquierda. La negativa a apoyarla de Sergio Sayas y Carlos García Adanero, los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro (UPN) en Madrid, en contra de la directriz del líder de la formación, Javier Esparza, abre una crisis interna de graves dimensiones en el partido, coaligado tradicionalmente con el PP en las elecciones generales, en los últimos comicios también con Ciudadanos a través de la plataforma Navarra Suma. Su dirección exigía anoche en un comunicado que Sayas y García Adanero entreguen sus actas de diputado por haber votado «en contra de la decisión de los órganos del partido».

Al término del debate Sayas atendió a los medios en el patio del Congreso, donde admitió haber vivido un día «complicado» . El parlamentario, que ya se enfrentó en unas elecciones primarias a Esparza, en las que salió derrotado, afirmó que «representamos a un partido, pero sobre todo representamos a algo más importante que eso, que es a nuestros votantes, a la gente que nos da la confianza para que aquí tomemos las decisiones en su nombre. «Creo que lo peor que alguien puede hacer en política es tomar una decisión que no puede explicar a sus votantes», concluyó . Preguntado sobre si habían informado a Esparza de su decisión, Sayas contestó que no, y matizó: «Exactamente igual que nosotros no sabemos las condiciones del acuerdo al que él había llegado anoche».

El precio del acuerdo

Como contrapartida al apoyo de UPN al Gobierno, que finalmente se frustraba por la actuación de sus dos diputados en la Cámara Baja, el Partido Socialista de Navarra estaba dispuesto a ofrecerle dos balones de oxígeno político a UPN en la institución más importante que gobierna, el Ayuntamiento de Pamplona. En primer lugar, retirando la reprobación prevista al alcalde, Enrique Maya, por unas declaraciones sobre los «supuestos delitos» que cometerían los menores no acompañados. Y además con el compromiso de apoyar modificaciones del presupuesto municipal por valor de 27 millones de euros. El propio Sayas subrayaba que la portavoz socialista en la capital navarra, Maite Esporrín, había matizado que la retirada de la reprobación de Maya no se producía, en ningún caso, porque hubieran «cambiado de opinión».

La crisis que se abre en UPN tiene un precedente en lo ocurrido en 2008, cuando Miguel Sanz presidía el partido y la Comunidad Foral. Entonces el apoyo de UPN al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en los Presupuestos dividió a los dos diputados navarros y acabó por unos años con la relación del Partido Popular con su partido hermano en Navarra.

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