Voladura controlada

Bajo la apariencia de cambios continuistas a corto plazo, Génova va a teledirigir cada movimiento que se haga en el PP madrileño, las listas electorales, los futuros órganos internos…

Manuel Marín

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La elección de Ángel Garrido como nuevo presidente madrileño, y de Pío García-Escudero y el eterno Juan Carlos Vera como bomberos de guardia para apaciguar la transición hacia un nuevo PP de Madrid, supone la intervención de facto de Génova en todas las estructuras del partido regional. Habrá una ruptura radical con el pasado con la idea de que ahora la investidura de Garrido, por razones de urgencia y provisionalidad, minimice en lo posible los daños internos de lo que será una voladura en toda regla. El PP de Madrid es ya un híbrido entre una clásica gestora -sinónimo de metástasis irreversible- y un partido que ha dejado de tener personalidad y autonomía propias. Bajo la apariencia de cambios continuistas a corto plazo , Génova va a teledirigir cada movimiento que se haga en el PP madrileño, las listas electorales, los futuros órganos internos… En definitiva, acometerá una «operación limpieza» sin miramientos. Garrido y García-Escudero serán unos peones útiles con vitola de provisionalidad, y los tradicionales miembros del Comité Ejecutivo Regional y la Junta Directiva quedarán como meros figurantes o extras de un reparto que ya no permitirá asomar a un solo díscolo del pasado. Por eso, el «sí» de Garrido tiene doble mérito.

Rajoy es consciente de haber prolongado la crisis de Madrid innecesariamente, y Génova calculó mal el nivel de descrédito al que ha quedado reducido un partido que no hace muchos años llegó a tener casi el 60 por ciento del voto madrileño. Rajoy ya no permitirá más experimentos en la confianza de que la solución definitiva para el PP de Madrid no llegue demasiado tarde. Lo de ayer es una implosión controlada para minimizar los efectos destructivos de la deriva en que se instaló el PP. Por eso habrá un progresivo proceso de desguace que limpie de obstáculos el camino a quienes deben ser los verdaderos candidatos a partir de otoño. El PP de Madrid, el reciente y el antiguo, está siendo dinamitado con un aviso añadido a navegantes de otras comunidades autónomas: Génova manda, Génova decide, Génova controla.

Es previsible que en próximas fechas Cristina Cifuentes abandone su escaño y, por tanto, cualquier resquicio de vida política. No tendría sentido alguno mantenerlo, ni para ella ni para el PP , salvo que estime como un privilegio permanecer aforada ante una hipotética citación judicial como investigada por casos de corrupción. Pero en estricta lógica política debe pesar más en su ánimo la humillante estampa del absoluto aislamiento al que estaría sometida en la Asamblea. Es el momento de los gregarios en busca de líder.

Voladura controlada

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación